sábado, 2 de diciembre de 2017

This is not America [Haas]


Estuvo bien comenzar 2016 después de la visita de los treinta ingenieros de Maranello, aquellos que se volvieron a casa por donde habían llegado después de trabajar fuera del marco reglamentario de la FIA. La prensa quedó prendada por el estreno de la de Gene Haas. Luego vino Paco con la rebaja y a duras penas se llegó al final de la campaña. Si hubiese sido por Esteban Gutiérrez todo habría quedado en Bélgica. Según el piloto mexicano, en la norteamericana sólo había cuerpo y recambios para un coche, el de Grosjean, mayormente.

Bernie se había cobrado el favorcito por anticipado, apalabrando que Haas se quedaba sin participar en el pastel del reparto anual de derechos comerciales, lo que nos pone en que la de Kannapolis realmente se estrenaba en combate este año. Bautismo de fuego lo llaman: dinero justo, expectativas lo mejor calibradas posible, un proyecto por hacer y el interés de sacarlo adelante como sea... me entendéis.

Y Haas, con una unidad de potencia Ferrari casi pata negra, ha fallado en el cometido de diseñar un vehículo capaz de tomar ventaja entre los parias que la iban a rodear, de forma que han sido habituales los problemas de equilibrio, de compresión de gomas, y de frenos según la radio de Romain, que no se nos olvide.

Un análisis somero de este conjunto de circunstancias apuntaría a que había demasiado motor para tan poco monoplaza, aunque los profesionales del sector prefieren señalar la perfidia de la pareja de pilotos como causante, como si en este caso concreto, el 1% del equipo valiera ochenta veces más. Sea como fuere, Kevin Magnussen se quejaba hace relativamente poco de que en Haas no hay quien entienda realmente de neumáticos [Tenemos que mejorar nuestra consistencia], lo que afianza la tesis de que esta sesión ha fallado el conjunto, vamos, que el vehículo no ha estado a la altura del regalo de La Scuderia.

Si a este panorama sumamos que la de Kannapolis navegaba muy limitadita de presupuesto por las razones expuestas unos párrafos más arriba, estaba cantado que Haas las iba a pasar canutas más pronto que tarde, lo que nos pone en que la regularidad a la hora de rebañar puntos aquí y allá, ha conseguido materializar el milagro de quedar antepenúltima con 47 puntos aunque con muchos matices. 

McLaren no estaba para tirar cohetes, por ejemplo, y siendo honestos hay que decir que la de Woking tenía complicadillo pillar unos trastos propulsados por una UP Ferrari client prime. Por delante, sólo el desinfle de Toro Rosso en el último tramo del calendario permite comprender que la norteamericana se haya quedado mordiendo los talones de la de Faenza.

Y es que a tenor del material disponible y las estimaciones preliminares, Haas tenía potencial para haber disputado la media tabla a equipos como Renault, Williams o, con suerte, incluso Force India.

Bueno, los gurúes siguen insistiendo en que la culpa de todo ha sido de Romain y Kevin, que son unos mantas. Por el contrario, yo sigo pensando que el global es el que no ha resultado. Poco dinero o muy justito y un exceso de confianza en que contar con un propulsor de Maranello podía permitir sacar la cabeza antes y mejor con la normativa 2017 sobre la mesa, y no contratas gente que entienda de ruedas y llegas con la lengua fuera...

Haced caso a los santones, faltaría más. Para mí ha sido un año manifiestamente mejorable para la de Gene, pero coño, tampoco me ha parecido tan malo.

Os leo.

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