Vettel, out!

Sebastian sigue pensando a estas horas cómo es posible que esté luchando sólo por el subcampeonato, y que incluso pueda perderlo, mientras el vettelismo no entiende cómo el heredero de Schumacher sigue mostrándose incapaz de hacer olvidar a los tifosi el nombre de Alonso.

Tengo el día p'allá, disculpádmelo, por favor. Ni me apetece explicarle a nadie qué significa en realidad la religión Ferrari, ni ganas de desperdiciar mis letras con un Vettel que habiendo hecho lo difícil el sábado pasado en el Hermanos Rodríguez, se mostró tan gañanazo como siempre una vez asimiló que la pole no le servía de nada ante el ataque de los lobos en el inicio del Gran Premio de México.

Remontó, claro que remontó. Cuando te vas a tomar por el saco a cuenta de una maniobra bastante discutible y llevas un SF70-H bajo el culo, lo normal es que remontes. No cejó de luchar hasta el último instante y eso le salva de que me lo coma con patatas, pero desgraciadamente no fue sólo ayer, está Bakú, está tambien Marina Bay... El resto han sido problemas que nadie imaginaba, pero en los momentos cruciales ha sido Sebastian Vettel el que la ha cagado de forma estrepitosa y no hacemos nada negándolo.

En total suman 75 puntos en el bolsillo que se han ido por el retrete, y de la manera más absurda de todas: cometiendo errores de párvulo que no tienen un pase en Fórmula 1.

Antes de la carrera todavía me sentía con fuerzas de defender al alemán, pero para la vuelta 20 se me había pasado la fiebre.

Sebastian está donde merece estar y quiero escribirlo hoy, lunes 30 de octubre, por si alguien viene después con la monserga de que le tengo ojeriza. Él es el culpable último de esta situación tan surrealista como idiota. No se pueden tirar al inodoro 3 pruebas de 18. Suponen más o menos un 15% de expectativas convertidas en agua de borrajas. No puedes permitírtelo, no cuando te estás jugando un Mundial a cara de perro, y menos cuando el Hamilton menos brillante de los últimos años se postula como tu principal oponente.

Ha fallado Ferrari y he escrito lo suficiente sobre ello como para que me dé una pereza terrible volver sobre el asunto. Marchionne es un impresentable, Arrivabene tiene de director deportivo lo que yo, pero a la hora de rematar sobre el asfalto se suponía que había un tetracampeón del mundo que ha estado ausente cuando más se le necesitaba.

¿Esperaba más? ¡Claro que esperaba más! ¡¿Hay alguien ahí que no esperase más?!

El coche de la rossa ha sido capaz de arrinconar al de Brackley en suficientes ocasiones como desterrar la bobada de que el W08 es el mejor vehículo de todos los tiempos, el propio Sebastian nos ha dicho lo contrario en reiteradas ocasiones. James Allison también, y ayer mismo lo repetía Lewis: «Ha ganado el mejor equipo, no el mejor coche.»

Ha fallado lo importante: la determinación para ganar el título, y nos pongamos como nos pongamos, esto cae en última instancia en el costal de Vettel.

Os leo.