Toma, dos tazas

Si Liberty quiere avanzar en la mejora del espectáculo Fórmula 1 tiene que acabar inmediatamente con el nido de despropósitos que hay montado en el seno de Dirección de Carrera.

Es obvio que Max Verstappen adelantó a Kimi Raikkonen aprovechando el exterior de la pista y que esta circunstancia, en concreto, está expresamente prohibida por reglamento, pero a nadie se le escapa que durante el fin de semana se ha hecho la vista gorda con el asunto de marras y que durante la propia carrera, más de uno, y de dos y de tres, se aprovechó de la supuesta manga ancha. Vamos, que como diría Ernesto: si Maylander aparece con el Coche de Seguridad, también le vemos por fuera...

El problema no estriba, por tanto, en si Max es justo reo de sanción o debió irse de rositas por su acción en el Gran Premio de los USA. Bajo mi punto de vista está en lo feo que resultó todo y en lo mal que quedó el deporte frente a millones de espectadores que buscan espectáculo como el que ofrece el holandés: del que se pelea cada centímetro.

Lo he escrito otras veces, el mítico rifirrafe entre Gilles Villeneuve y René Arnoux en Dijon-Prenois (1979) habría quedado en nada de haber mediado esta banda de caraduras. Uno, otro, o los dos, habrían sido penalizados por disputar una posición, bien por tocarse, bien por forzar las cosas, bien por utilizar incluso los arcenes. Y como este ejemplo tenemos muchísimos más a lo largo y ancho de nuestra historia, que de ser aplicada la corteza de miras actual, dejarían en blanco hermosas páginas de nuestra disciplina.

El reglamento está ahí, es cierto, pero no lo es menos que está sujeto a una pasmosa arbitrariedad de lectura y que ésta sería una buena razón para cambiarlo, o en su caso, para modificar el sistema de comisarios, ya que en ninguna cabeza cabe que una misma circunstancia pueda ser sancionada o no según sea la dirección de dónde sopla el viento, o dependa de cómo va la digestión o el hambre o el humor de los individuos que imparten justicia en un prueba del calendario.

Si no se puede usar el exterior de la pista, no se puede y punto, pero desde el sábado en clasificación, y en la vuelta uno del domingo, y en la dos y en la tres... Lo miremos como lo miremos, no es de recibo que termine una disputa y en la antesala del podio se avise a un piloto de que ha perdido un cajón que a los ojos de todo el mundo había ganado sobre el asfalto.

La gente no lo entiende y para los aficionados resulta muy complejo explicarlo. Y el deporte pierde, pierde siempre por moñerías como ésta; que luego se dice buscar el espectáculo pero seguimos sin atender a los matices: las carreras de coches no son procesiones, no se debe pedir permiso para adelantar, no hay intermitentes. La lucha tiene que ser lucha, y en Fórmula 1, siempre al límite.

¿Liberty quiere chocolate? Toma, dos tazas verbigracia de la FIA...

Os leo.