Jugando al gato y al ratón

Si notáis que ha empezado el Gran Premio de Singapur, siquiera nominalmente, y seguimos sin llevarnos nada con sustancia a la boca, es porque las buenas chuletas informativas se las come Roscoe como aperitivo. Eso sí, de que nadie haya insinuado todavía que Red Bull hará sus propios motores en 2021, no nos echéis la culpa ni a él ni a mí, of course!

La vida sigue su curso y no es cuestión de desperdiciar ni un minuto, así que vamos a pasar la tarde hablando de Mercedes AMG, de sus trampillas a cuenta del aceite —otro día os prometo que me pongo a explicarlo por ver si lo entendemos todos—, y de cómo Marina Bay puede suponer un sartenazo para Ferrari ahora que Toto y Lewis han aventurado ante los medios que los rossos van a estar ahí.

Si el W08 fuese el que corrió la primera parte de la temporada a lo mejor compraba la idea de que Brackley puede ir mal en el trazado singapurense, singaputarra que decimos por Gorliz, pero después de las novedades implementandas por la anglo-germana en el Gran Premio de España, la verdad es que no lo tengo nada claro.

Lamentablemente no dispongo del tiempo que desearía para echar una tarde comparando fotografías, pero juraría que el cachivache aerodinámico que estrenaron entonces por debajo de la nose y delante del tren anterior, debería ser apoyado con un recorte de batalla (distancia entre ejes) [El W08 y la madre que lo parió], además de por el nuevo reparto de pesos anunciado por la propia Brackley.

Sea como fuere, el verano no ha ido ni tan mal para las flechas de plata. Han mejorado lo suyo en cuidado de neumáticos y eso apunta a que el coche tiene un mejor posado en pista. La zaga es más segura que de Barcelona para atrás y se percibe un mayor rake (inclinación del fondo plano con respecto al suelo en orden de marcha), así que, en términos generales, creo que se puede coincidir en que el W08 ha ganado solvencia en virado a cambio de sacrificar velocidad punta en recta, que tiene mucha en este terreno, muchísima, para qué vamos a engañarnos.

Y aquí viene donde la matan. Marina Bay es un trazado de elevada carga aerodinámica donde el promedio es el que da la ventaja. Exigente con los frenos y la tracción, como Mónaco, además se disputa de noche, con temperatura en declive, lo que debería poner el tratamiento de los neumáticos en la diana de nuestra atención.

El SF70-H de Ferrari tiene sobre el papel todas las de ganar en un escenario como Singapur, pero lejos de apriorismos y etiquetas, conviene no desestimar al actual W08 de Mercedes AMG. Lo pudimos ver en Hungría, circuito ratonero y también lento. De no ser por la enorme dificultad en adelantamientos que propone el recorrido magiar, las flechas de plata perfectamente se podían haber merendado a los chicos de Maranello en territorio supuestamente hostil.

Va a estar bonito. Vettel y Hamilton se la juegan el sábado. Quien arrime el ascua a su sardina en clasificación tendrá media carrera ganada. Y es que a pesar de lo que dicen los doctos, entiendo que el vehículo italiano y su rival alemán van muy parejos en rendimiento neto aunque desde planteamientos diametralmente opuestos. Es por ello —de qué os iba a tocar los pelendengues esta tarde si no intuyese que hay juego del gato y el ratón—, que no tengo nada claro que Mercedes AMG considere Singapur bandera perdida, como os decía antes.

Sebastian va a sudar la camiseta, y Lewis también. Y el currele que les toca a Kimi y Valtteri va a ser de órdago. Roscoe me comenta que ya se aprecian señales de que alguien va a proponer a la mayor brevedad posible que Red Bull se hará su propio motor para 2021, y que se llamará Aston Martin, pero ya os anuncio que él y yo dormimos hoy a pierna suelta.

Nada, que os leo.