¡Ole, ole y ole...!

Ya sé que olé se escribe con tilde, pero disculpad que me haya permitido la licencia de poner a esta entrada la voz en off de Amador Rivas por aquello de festejar por todo lo alto la finalización de las pruebas de pretemporada, ¡vaya dolor!, y, de paso, que mi rossa las ha concluido con inmejorables sensaciones.

¿Se podía pedir más a unos entrenamientos? Seguramente sí, que Woking, por ejemplo, no hubiera hecho tanto el indio como para servir de coartada día sí y día también a los que no vieron llegar ni una sóla de las claves que hemos disfrutado en Barcelona, y sin embargo, no han tenido rubor en demostrar públicamente que son tan hooligans como los demás, acudiendo a alimentar con benzol el único fuego que han sido capaces de discernir entre la niebla, y porque se lo han chivado los chicos de la prensa británica, que si no, de qué...

Basta tirar de hemeroteca de aquí al lado, de la cercanita, vamos, para comprobar que La Scuderia no contaba hace unas jornadas porque así lo venían diciendo los augures de la Pérfida Albión y hasta el pobre Leo Turrini había sufrido un acceso de deslealtad asegurando que dentro del coche para este año no había nada.

¡Menos mal que no había nada, chicos...!

Escribía ayer acerca de Honda en MomentoGP: «Aunque os pusieran una tonelada de épica ante los ojos no la veríais en la vida porque es más productivo ser realista como la mayoría, que leer los datos y sacar conclusiones sin que os las dicten o susurren al oído», y la frase dedicada a la nipona adquiere similar magnitud en lo tocante a Ferrari, ya que, proporcionalmente hablando, se ha dedicado menos espacio mediático a la remontada de la de Il Cavallino que al desastre de Woking.

Todavía habrá quien muestre en público los santos cojonazos de aludir a que Alonso vende como nadie y es menester tirar del hilo para sobrevivir en el oficio, y rebajarse, sea dicho de paso, como hace Pedrerol desde La Sexta cuando no hay una noticia de fútbol sobre la que aguantar su sección en el boletín de noticias del mediodía. 

El morbo que levantan a su paso las víctimas del motorsport es una desgracia para el deporte, pero se entiende, se sobrentiende más bien, que el morbo que produce introducir el dedo en una llaga abierta, la de McLaren-Honda en este caso, es una acción sumamente beneficiosa para eso tan trillado de hacer afición entre la plebe.

En fin, esta entrada sigue yendo de una Ferrari italiana y revitalizada que ha presentado sus credenciales ante Mercedes AMG porque a Red Bull todavía no se la espera, y puesto que no tengo miedo de lo que he escrito con anterioridad, considero que puedo permitirme el lujo de alegrarme de que La Scuderia haya sacado la cabeza en territorio enemigo, ya que los numerosos expertos y gurúes de todo esto, aventuraban hace nada que 2017 iba a ir de un mano a mano entre Brackley y Milton Keynes.

Forza Ferrari! y ¡ole, ole y ole!, a lo Amador Rivas. Mi niñez pide paso y en tiempos de tanto rigor y tanta posturita realista, os confieso que sería infinitamente feliz si la parroquia de Maranello hiciese tañer sus campanas mañana mismo. No es una victoria de la rossa al uso, pero lo de los test en Montmeló huele a esperanza aunque haya cosechado muy poquito eco...

Os leo.