domingo, 19 de febrero de 2017

Los voyeurs


Siempre supe que don Carlos estaba allí, mirando lo que sucedía desde detrás de un espejo.

Gracias a Charly (Barazal) sabíamos de las confesiones de Symonds a MotorSport, entre ellas, ésta: «Nunca, de ninguna manera intentaré justificar Singapur, pero algunas de las presiones fueron indescriptibles. Flavio me había dicho que teníamos que ganar ese año o si no Renault se iba. Me opuse lo que pude, cambió todo y me destrozó. He tenido una gran carrera que se ha convertido en nada debido a un incidente. Es bastante difícil de reconciliar...»

Puedes estar de acuerdo, o no, con las apreciaciones del ahora ex responsable de Williams sobre Ayrton Senna, Michael Schumacher o Fernando Alonso, que ya sé de quien ha hecho valoraciones comparativas y todo, pero las palabras de de Pat al respecto del Singapurgate son lapidarias, máxime si las ponemos en contexto.

Renault sufría de un permanente acoso económico desde 2005 por parte del señor de la foto. Ésa fue una de las principales razones que llevaron al asturiano a buscarse las alubias en McLaren y a anunciarlo en diciembre de aquel año. Habiendo salvado la pelota de partido en 2006 con el dinero llegando a cuentagotas, 2007 fue para Enstone una temporada como para tirar a la basura porque no había tiempo, ni ganas ni pasta, para resolver los graves problemas del R27.

En 2008, más de lo mismo aunque esta vez con el Nano en sus filas. El presupuesto se agotaba en verano y de ahí para adelante, confiando en la suerte y en que el exigente señor Ghosn dejara de tocar las pelotas. Aunque por lo que se desprende de las palabras del por entonces jefe de ingeniería de la escudería, las siguió tocando y con más fuerza que antes.

He escrito tantas veces sobre este individuo que me da una pereza terrible tener que mencionarlo de nuevo. Nos reíamos durante 2016 de las bobas aspiraciones de Marchionne en cuanto a Ferrari, pero don Carlos está hecho de una pasta peor porque pedirle a un cojo que bata el récord de los 100 metros lisos es de idiotas o de hijoputas...

Ghosn nunca ha creído en sus proyectos (este blog está repleto de referencias a esta actitud tan chocante como inconfesable en la alta competición), y no me extrañaría nada que su sombra no estuviese detrás de la reciente salida de Vasseur de la renovada Renault que se limita en pista a hacer los deberes a Red Bull.

Sibilino y zorro, el de Porto Velho llevaba desde 2005 buscando una excusa para quitarse de encima un equipo que le pesaba, pero puesto que así y todo Enstone aguantaba, en 2008 promulgó un ultimátum imposible de cumplir salvo que mediara la suerte o se hicieran trampas. El resto vendría por sí solo.

Y mientras en el centro de la habitación unos tipos que creen en lo que hacen se descuartizan vivos con tal de contentar al jefe y seguir vivos un rato más, Ghosn mira la escena sin ser visto y en la habitación contigua, Max Mosley lo observa todo a través de un agujero en la pared. Ambos son tal para cual, sólo los diferencia el ángulo que han elegido para disfrutar del espectáculo.

Os leo.

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