lunes, 23 de enero de 2017

Ir pa ná


De todas las versiones que he leído sobre lo que sucederá en Woking en 2017, me quedo, y de largo, con la mía, que consiste en esperar acontecimientos.

Es la más sólida y creíble sencillamente porque a estas alturas de la historia dudo mucho, bueno, dudo todo, que nadie en su sano juicio sepa dónde coño está situado. Habrá estimaciones, desde luego, pero estrenamos reglamento, por si se nos había olvidado. Las unidades de potencia van a sufrir evoluciones importantes, y no sólo la de Honda, que también. La parte mecánica se las traerá con abalorios con el nuevo formato de ruedas. De la aerodinámica mejor no hablamos; el contexto está definido pero nos falta saber qué perspectiva adopta cada equipo para explorarla hasta sus límites. Luego queda el rodaje, encontrar y asegurar la fiabilidad, y la sacrosanta optimización...

Comprendo que la prisa nos corroe por dentro y que así, resulta tremendamente sencillo caer en las redes de un titular más o menos goloso, pero ojito cuidao, que en el ratito en que me he puesto las pilas mientras tomaba el café vespertino, me ha parecido ver que Antena3 troleaba a Canal+ bajando, una vez más, las expectativas sobre McLaren, que ya se sabe que sin el Nano no hay audiencias en España.

Pero el caso es que aquí tenemos mucho vettelismo del bueno, y seguidores de Hamilton y Verstappen a cascoporro. Y de Ricciardo, Rosberg, Raikkonen, Pérez y Hulkenberg, etcétera. Y gente a la que le ha sentado como una patada en el culo que Mercedes no haya promocionado a Pascal... Vamos, que con el asturiano jugando sin opciones, entiendo que la Fórmula 1 en nuestro bendito país no sólo no ha decaído, sino todo lo contrario.

Hay más podcast, los blogs se han puesto las pilas, el aficionado busca cauces para compartir y disfrutar su afición aunque sea a través de ese invento del demonio que se llaman lista de Telegram...

Otra cosa son los anunciantes. A estos les cuentas que la culpa de que este año no se celebre Gran Premio de Alemania la tiene el alonsismo y se lo creen. Como creen ahí fuera, y algunos de dentro, que aquí no hay cultura formulera porque todo surgió con Tele 5 y Lobato. A fin y a cuentas, la prensa deportiva repite este mantra como los bebés juegan con el sonajero. Y a ver quién es el majo que se lo quita si en cuanto hablas de Fernando Alonso las visitas se centuplican y tal, te dicen...

Pues es normal, panda de gilipuertas. Toda estadística tiene valles y crestas, o ¿qué créeis que pasa en Holanda cuando la prensa holandesa habla de Max, o en los UK cuando la británica narra la vicisitud y sordidez del legítimo Campeón del Mundo 2016...?

Es cierto que hay que currárselo, pero hay prisa también en los medios: por llegar primero, por dar en el clavo, por cantar el ¡ya lo dijimos!, y eso es lo malo, porque su ansiedad alimenta la nuestra, y hay días, como hoy, en que no sabes de donde saca pa tanto como destaca, que cantaba el cuplé.

En fin, como decía al comienzo, me acojo a sagrado y esperaré pacientemente a que los entrenamientos de dentro de un mes empiecen a indicarnos dónde está McLaren. A partir de ahí sí, porque el resto, si me lo permitís, supone la nonagésima versión del ir pa ná de José Mota.

Os leo.

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