martes, 6 de diciembre de 2016

Otro año más [Williams]


Williams tiró la toalla al descubrir (sic) que el monoplaza de esta temporada no había salido todo lo bueno que habían deseado, y éste es un punto de inflexión que se visualiza perfectamente al comprobar que de los 138 puntos finales, prácticamente la mitad (66) se consiguen entre Australia y Mónaco, la primera y sexta carreras, respectivamente.

Además de por las discutibles expectativas del proyecto para 2016, desde Grove se sugiere que se abandona el FW38 poco menos que a su suerte (es un decir), con la intención de centrar los esfuerzos en el desarrollo del vehículo del año que viene, ya que en 2017 se celebrarán los 40 años de la escudería en competición —razón por la cual se pasa directamente al FW40 saltando la denominación FW39—, e, imaginamos todos, la británica pretende estar a la altura.

El escenario en esa etapa está meridianamente claro. Antes del Gran Premio de Canadá, Williams permanece bien anclada en la cuarta plaza del Mundial de Constructores. Por delante están los intocables: Red Bull, Ferrari y Mercedes AMG. En concreto, Milton Keynes (tercera) lleva una ventaja a Grove de 29 puntos, aunque el grueso del colchón de comodidad lo tiene la de Claire a su espalda.

Toro Rosso está inmediatamente detrás, a 39 puntos, pero como mencionamos en la entrada correspondiente, todo el mundo en el paddock consideraba que no aguantaría más allá de agosto. Haas ha empezado fuerte, pero está lejos: a 43. Y por último, Force India parece no tener capacidad para inquietar a nadie. 52 puntos de diferencia son muchos, aquí y en Lima.

Y es en esta valoración donde Grove se equivoca de plano. La cómoda defensa de la cuarta plaza en el Mundial de Marcas confiando en la unidad de potencia Mercedes-Benz comienza a peligrar en Bélgica, y al final, Force India pasará por encima a Williams a partir de Singapur sencillamente porque ya resulta tarde para defenderla.

Terminar quinta en la tabla de constructores quizás no sea el premio esperado para el tercer año en que la de Claire evita las feas posiciones de mitad de parrilla para abajo, a las que desgraciadamente nos tenía acostumbrados antes de 2014, pero responde meridianamente a lo que supone trabajar bajo el prisma de una política demasiado rácana de horizontes, o amarrategui, como prefiráis, que en el caso de esta temporada ha terminado por pasar una dura factura.

De no haber irrumpido la de Silvertone con la fuerza que lo ha hecho, seguramente Williams habría vivido holgadamente de lo conseguido en las primeras pruebas durante más de la segunda mitad de la campaña, pero no ha sido así. Force India venía con la intención de cazarla y Grove no ha podido contenerla simplemente porque el FW38 había envejecido sin que se hiciera mucho desde el equipo por evitarlo.

Para compensarnos, los problemas con la adaptación a las gomas, las pocas evoluciones y un Felipe Massa al volante demasiado preocupado por preparar su retirada, nos han permitido disfrutar de un Valtteri Bottas que sin brillar demasiado, ha tirado del equipo como hacen los buenos pilotos en los tiempos malos.

Sea como fuere, Williams ha firmado otro año más y no precisamente malo. Y si en otros momentos he alabado este tipo de cautelas por entender que para algunas escuderías la prioridad es sobrevivir, lo cierto es que tal y como están las cosas en la Fórmula 1, hacerlo entre las 5 primeras plazas por tercer año consecutivo es algo que merece un aplauso. ¿Podría haber sido mejor? desde luego, pero para soñar con eso ya tenemos 2017 y el prometido FW40.

Os leo.

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