Si me encargaran escribir el guión de una película en la que un hombre de negocios destruye el sueño de un visionario, tomaría pie en lo que está ocurriendo en Ferrari. Porque está sucediendo...
El acoso y derribo de Luca Cordero di Montezemolo fue de manual. Desde la muerte de Il Commendatore (1988), el de Bolonia ejerció de sumo sacerdote de la cultura rossa. Fue él quien mantuvo la serenidad al timón y dio los pasos adecuados para que La Scuderia retornara al sendero del éxito después de dos décadas señaladas por las derrotas. La etapa Schumacher marca un antes y un despúes, pero en cuanto desaparece de las pistas el piloto de Kerpen (2006), a la de Il Cavallino le ocurre algo...
En realidad ya estaba sucediendo, al menos desde 2005. Todos los protagonistas de ese periodo aluden a que Luca se vuelve más entremetido con el trabajo del equipo de F1, más celoso de mantener el control, lo que al final desembocará en que Ferrari pierda un capital humano irrepetible. Los del periodo siguiente, aludirán, como en un mantra, al rácano nivel de inversión que padece Maranello a la hora de luchar por mantenerse en lo más alto de la competición. La prensa británica lo llamará italianización.
La producción va bien y eso ayuda a salvar los muebles, pero el enfoque ha cambiado radicalmente. Ya no se venden superdeportivos para mantener a la escuadra, como en tiempos del viejo, ahora, a la rossa le resulta imprescindible ser rentable y útil a FIAT, y la rentabilidad y la necesidad de ser competitiva son las dos mordazas del alicate que utilizará Marchionne para despedazar a Montezemolo a partir del otoño de 2014, sin compasión, sin mancharse las manos, y a la vista de todo el mundo.
John Negroponte afirmaba que no hay mejor manera de dinamitar una negociación que participando en ella, y lo cierto es que don Sergio ha estado presente en el paulatino derrumbe de Ferrari en Fórmula 1 desde su posición como CEO de FIAT (2004). Primero elevando el nivel de exigencia económica sobre Maranello, lo que explicaría el cambio de filosofía de Luca a partir de 2005 y los numerosos palos de ciego que da Maranello desde ese instante hasta 2014.
El alineamiento de Exor S.p.a. con Rupert Murdoch a través de News Corp. en el intento de compra de CVC Capital Partners en F1 (2011) [dentro enlace], define la pérdida de poder de Ferrari en Fórmula 1. A Bernie no le gusta que le incomoden, mucho menos en dos asaltos consecutivos, de forma que si en 2009 hay contraorden de FIAT para que la rossa no se alinee con otros equipos para quitar poder a Ecclestone, se puede colegir fácilmente que el asalto a CVC ya está larvado en ese momento. Y la verdad es que don Sergio también estaba allí, tanto a la cabeza de la multinacional italiana, como en el fondo de inversiones de la familia Agnelli, concretamente como vicepresidente de Exor [dentro enlace].
Así las cosas, mientras Montezemolo se desgasta, Marchionne sigue intentando hacer negocio con la de Il Cavallino, y si no es por las buenas, será por las malas.
Y llegamos a septiembre de 2014 agonizando en las pistas. Luca ya no cuenta, estrenamos nuevo presidente, y aunque el de Chieti niega que haya puesto impedimentos a que su antecesor ocupe cargo en la Comisión de la Fórmula 1, Ferrari no ha avalado su nombramiento. Y Maranello, pudiendo recuperar los entrenamientos con temporada lanzada —puntal de su excelencia en la máxima categoría—, reniega de ellos porque son caros.
El alineamiento con Bernie es evidente. Se contrata a Vettel y se pone en marcha la máquina de repartir mierda. La producción de deportivos aumenta de 7.300 unidades al año a 10.000, en lo que supone una devaluación de la marca que también es de libro. Se anuncia la salida a bolsa de la mítica mientras se inyecta en La Scuderia todo el dinero que se ha ahorrado en el periodo de desmantelamiento...
Se sueña. Los tifosi soñamos mucho, y 2015 nos llena de esperanza. Pero en una temporada puente (2016), previa a un cambio de normativa que hará inútil la mayoría de esfuerzos, don Sergio se pone chubarra y presiona al equipo desde donde decía Negroponte que hay que hacerlo: desde dentro.
Y le llamamos necio y le reclamamos que nos diga de qué guindo se ha caído, cuando a decir verdad, los idiotas somos nosotros.
Mis alarmas saltan este pasado 29 de septiembre. Ha llegado Liberty y se debate sobre el bonus que percibe la de Il Cavallino, pero lejos de defenderlo en los términos que esperaría cualquier tifoso, Piero Ferrari habla de pasta: A chi vuole rompere i contratti in F1 costerà caro! [dentro enlace].
E irremediablemente empiezo a echar cuentas recordando al viejo, a Enzo, a le ingeniero, il Draco, a su cautela a la hora de elegir compañero de cama. Cómo dijo no a Donald Frey (Ford), bajo qué condiciones dijo sí a Gianni Agnelli (FIAT). Y pienso también en lo poco que valen ahora las espadas láser de los Jedis frente a tipos como Marchionne.
Y es que hace unos días, don Sergio también hablaba de pasta [dentro enlace], además de insinuar que la Formula E puede suponer un buen futuro para La Scuderia... ¿Pero de qué Scuderia estaríamos hablando? ¿De un ejemplo para otras marcas, de un nivel de exclusividad sin parangón, o de una activo que cualquier día pasa a manos de VAG, ahora que Volkswagen y Audi pliegan velas en lo deportivo?
¡Qué más daría, si toca hacer caja!
Os leo.
El acoso y derribo de Luca Cordero di Montezemolo fue de manual. Desde la muerte de Il Commendatore (1988), el de Bolonia ejerció de sumo sacerdote de la cultura rossa. Fue él quien mantuvo la serenidad al timón y dio los pasos adecuados para que La Scuderia retornara al sendero del éxito después de dos décadas señaladas por las derrotas. La etapa Schumacher marca un antes y un despúes, pero en cuanto desaparece de las pistas el piloto de Kerpen (2006), a la de Il Cavallino le ocurre algo...
En realidad ya estaba sucediendo, al menos desde 2005. Todos los protagonistas de ese periodo aluden a que Luca se vuelve más entremetido con el trabajo del equipo de F1, más celoso de mantener el control, lo que al final desembocará en que Ferrari pierda un capital humano irrepetible. Los del periodo siguiente, aludirán, como en un mantra, al rácano nivel de inversión que padece Maranello a la hora de luchar por mantenerse en lo más alto de la competición. La prensa británica lo llamará italianización.
La producción va bien y eso ayuda a salvar los muebles, pero el enfoque ha cambiado radicalmente. Ya no se venden superdeportivos para mantener a la escuadra, como en tiempos del viejo, ahora, a la rossa le resulta imprescindible ser rentable y útil a FIAT, y la rentabilidad y la necesidad de ser competitiva son las dos mordazas del alicate que utilizará Marchionne para despedazar a Montezemolo a partir del otoño de 2014, sin compasión, sin mancharse las manos, y a la vista de todo el mundo.
John Negroponte afirmaba que no hay mejor manera de dinamitar una negociación que participando en ella, y lo cierto es que don Sergio ha estado presente en el paulatino derrumbe de Ferrari en Fórmula 1 desde su posición como CEO de FIAT (2004). Primero elevando el nivel de exigencia económica sobre Maranello, lo que explicaría el cambio de filosofía de Luca a partir de 2005 y los numerosos palos de ciego que da Maranello desde ese instante hasta 2014.
El alineamiento de Exor S.p.a. con Rupert Murdoch a través de News Corp. en el intento de compra de CVC Capital Partners en F1 (2011) [dentro enlace], define la pérdida de poder de Ferrari en Fórmula 1. A Bernie no le gusta que le incomoden, mucho menos en dos asaltos consecutivos, de forma que si en 2009 hay contraorden de FIAT para que la rossa no se alinee con otros equipos para quitar poder a Ecclestone, se puede colegir fácilmente que el asalto a CVC ya está larvado en ese momento. Y la verdad es que don Sergio también estaba allí, tanto a la cabeza de la multinacional italiana, como en el fondo de inversiones de la familia Agnelli, concretamente como vicepresidente de Exor [dentro enlace].
Así las cosas, mientras Montezemolo se desgasta, Marchionne sigue intentando hacer negocio con la de Il Cavallino, y si no es por las buenas, será por las malas.
Y llegamos a septiembre de 2014 agonizando en las pistas. Luca ya no cuenta, estrenamos nuevo presidente, y aunque el de Chieti niega que haya puesto impedimentos a que su antecesor ocupe cargo en la Comisión de la Fórmula 1, Ferrari no ha avalado su nombramiento. Y Maranello, pudiendo recuperar los entrenamientos con temporada lanzada —puntal de su excelencia en la máxima categoría—, reniega de ellos porque son caros.
El alineamiento con Bernie es evidente. Se contrata a Vettel y se pone en marcha la máquina de repartir mierda. La producción de deportivos aumenta de 7.300 unidades al año a 10.000, en lo que supone una devaluación de la marca que también es de libro. Se anuncia la salida a bolsa de la mítica mientras se inyecta en La Scuderia todo el dinero que se ha ahorrado en el periodo de desmantelamiento...
Se sueña. Los tifosi soñamos mucho, y 2015 nos llena de esperanza. Pero en una temporada puente (2016), previa a un cambio de normativa que hará inútil la mayoría de esfuerzos, don Sergio se pone chubarra y presiona al equipo desde donde decía Negroponte que hay que hacerlo: desde dentro.
Y le llamamos necio y le reclamamos que nos diga de qué guindo se ha caído, cuando a decir verdad, los idiotas somos nosotros.
Mis alarmas saltan este pasado 29 de septiembre. Ha llegado Liberty y se debate sobre el bonus que percibe la de Il Cavallino, pero lejos de defenderlo en los términos que esperaría cualquier tifoso, Piero Ferrari habla de pasta: A chi vuole rompere i contratti in F1 costerà caro! [dentro enlace].
E irremediablemente empiezo a echar cuentas recordando al viejo, a Enzo, a le ingeniero, il Draco, a su cautela a la hora de elegir compañero de cama. Cómo dijo no a Donald Frey (Ford), bajo qué condiciones dijo sí a Gianni Agnelli (FIAT). Y pienso también en lo poco que valen ahora las espadas láser de los Jedis frente a tipos como Marchionne.
Y es que hace unos días, don Sergio también hablaba de pasta [dentro enlace], además de insinuar que la Formula E puede suponer un buen futuro para La Scuderia... ¿Pero de qué Scuderia estaríamos hablando? ¿De un ejemplo para otras marcas, de un nivel de exclusividad sin parangón, o de una activo que cualquier día pasa a manos de VAG, ahora que Volkswagen y Audi pliegan velas en lo deportivo?
¡Qué más daría, si toca hacer caja!
Os leo.
Se te cae el alma al suelo al escuchar esto del presidente de Ferrari:
ResponderEliminar"...Creo que necesitamos esperar y que debemos ser modestos en nuestras aspiraciones”.
Si es triste y lamentable.... pero no me pilla de sorpresa, lo de necesitar y esperar ya se llevaba aplicando desde hacia unos cuantos años, de hecho cuando estaba Alonso se esperaban alguna especie de MILAGRO que casi obró hace algunos años cuando se deció el campeonato del mundo en la ultima carrera con Vettel... aquel fue el ultimo intento aspirante a un titulo del mundo en los ultimos 8 años? Es triste de una escuderia tan grande, que fue insuperable cuando estaba Schumacher y ganaba las carreras casi sin esfuerzo, con Barrichello de escudero... espero que algun dia Ferrari vuelva a ser lo q fué y este de lleno en la lucha por un titulo del mundo... porque sin victorias, no hay gloria ni dinero ni beneficios ni nada.....
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