Don Sergio Marchionne sigue empeñado en que Iceman baile como una cabra subida a una banqueta mientras él hace sonar la trompeta, y eso significa no entender ni el ferrarismo ni a Kimi.
También es verdad que don Sergio sólo entiende de sí mismo y que hay que ser muy business y muy cool, para decir no hace mucho que la Fórmula 1 no resultaba imprescindible para Ferrari y venir luego metiendo una presión descomunal al equipo, que lo único que ha conseguido hacer ha sido que todo lo que sucede con la rossa se perciba con tintes negros.
Es obvio que Marchionne buscaba una excusa proclamando que este año iba a ser el bueno. Por un lado, reforzaba su imagen como líder indiscutible, y de paso, se distanciaba de Montezemolo; por otro, marcaba el suelo de lo que él entiende por excelencia y no es otra cosa que inadecuada lectura de la realidad; y por último, tomaba como rehenes a todos los trabajadores de Maranello, incluyendo los pilotos, para asegurarse de que siempre hubiese un culpable, o dos, o tres, los que hicieran falta.
Y el caso es que las cosas no han salido como proponía el de Chieti porque ni él se las creía. Y así, su supuesto liderazgo se ha convertido en una broma de mal gusto que no ha conseguido hacer olvidar a don Luca, su comprensión de lo que supone la excelencia ha saltado por los aires, y sin más pólvora que gastar, en buena lógica ha decidido apretar el collar a los rehenes...
¿Es buena idea? Honestamente pienso que es aún más idiota que las anteriores...
Los proyectos bien pensados suelen necesitar mucho tiempo antes de consolidarse mientras que los mal elaborados tardan muy poco en venirse abajo. Además, por lo general, triunfar en Fórmula 1 no consiste en llegar y besar el santo salvo en casos muy, pero que muy puntuales.
La Scuderia llegaba a la normativa 2014 mal preparada, como se ha visto después, y sumida en una pérdida de poder que ha sido ampliamente reconocida por la cúpula de Maranello y los especialistas. Bueno, lo lógico en este escenario habría sido tomarse las cosas con cierta calma. Primero de todo por dar tiempo al equipo a reaccionar y acomodarse a las nuevas expectativas, y segundo y a mi parecer mucho más importante: por no agotar demasiado temprano la paciencia de los tifosi, a fin y a cuentas, el auténtico sustento de la de Il Cavallino Rampante, muy por encima del que ofrecen los compradores de los superdeportivos de la casa.
Pero don Sergio tenía prisa y con sus calculadas críticas sobre lo poco que le gusta lo que está sucediendo en el campeonato 2016, corre el riesgo de sumir a Ferrari en otra época oscura aún más larga que la que estamos sufriendo.
Arrivabene necesita tiempo para concretar las ideas que puso en marcha el año pasado. Allison necesita tiempo para llevar a buen puerto su concepto de monoplaza, más si cabe con un cambio de normativa llamando a las puertas. Todos los departamentos que componen la italiana necesitan tiempo, mucho tiempo, y sentir también que gozan de confianza. Y por supuesto, Sebastian y Kimi también las necesitan.
No me extiendo. Raikkonen está sin renovar y sin tener claro cuál va a ser su futuro el año que viene. Dicen los expertos que la mitad de la parrilla está esperando a ver qué sucede en Maranello para comenzar a mover ficha en cuanto a asegurar asientos para 2017. Tal vez Marchionne se sienta el rey del mambo con esta situación, pero Kimi es mal rehén, si se desinfla o se cansa, Ferrari lo va a lamentar.
O leo.
Es obvio que Marchionne buscaba una excusa proclamando que este año iba a ser el bueno. Por un lado, reforzaba su imagen como líder indiscutible, y de paso, se distanciaba de Montezemolo; por otro, marcaba el suelo de lo que él entiende por excelencia y no es otra cosa que inadecuada lectura de la realidad; y por último, tomaba como rehenes a todos los trabajadores de Maranello, incluyendo los pilotos, para asegurarse de que siempre hubiese un culpable, o dos, o tres, los que hicieran falta.
Y el caso es que las cosas no han salido como proponía el de Chieti porque ni él se las creía. Y así, su supuesto liderazgo se ha convertido en una broma de mal gusto que no ha conseguido hacer olvidar a don Luca, su comprensión de lo que supone la excelencia ha saltado por los aires, y sin más pólvora que gastar, en buena lógica ha decidido apretar el collar a los rehenes...
¿Es buena idea? Honestamente pienso que es aún más idiota que las anteriores...
Los proyectos bien pensados suelen necesitar mucho tiempo antes de consolidarse mientras que los mal elaborados tardan muy poco en venirse abajo. Además, por lo general, triunfar en Fórmula 1 no consiste en llegar y besar el santo salvo en casos muy, pero que muy puntuales.
La Scuderia llegaba a la normativa 2014 mal preparada, como se ha visto después, y sumida en una pérdida de poder que ha sido ampliamente reconocida por la cúpula de Maranello y los especialistas. Bueno, lo lógico en este escenario habría sido tomarse las cosas con cierta calma. Primero de todo por dar tiempo al equipo a reaccionar y acomodarse a las nuevas expectativas, y segundo y a mi parecer mucho más importante: por no agotar demasiado temprano la paciencia de los tifosi, a fin y a cuentas, el auténtico sustento de la de Il Cavallino Rampante, muy por encima del que ofrecen los compradores de los superdeportivos de la casa.
Pero don Sergio tenía prisa y con sus calculadas críticas sobre lo poco que le gusta lo que está sucediendo en el campeonato 2016, corre el riesgo de sumir a Ferrari en otra época oscura aún más larga que la que estamos sufriendo.
Arrivabene necesita tiempo para concretar las ideas que puso en marcha el año pasado. Allison necesita tiempo para llevar a buen puerto su concepto de monoplaza, más si cabe con un cambio de normativa llamando a las puertas. Todos los departamentos que componen la italiana necesitan tiempo, mucho tiempo, y sentir también que gozan de confianza. Y por supuesto, Sebastian y Kimi también las necesitan.
No me extiendo. Raikkonen está sin renovar y sin tener claro cuál va a ser su futuro el año que viene. Dicen los expertos que la mitad de la parrilla está esperando a ver qué sucede en Maranello para comenzar a mover ficha en cuanto a asegurar asientos para 2017. Tal vez Marchionne se sienta el rey del mambo con esta situación, pero Kimi es mal rehén, si se desinfla o se cansa, Ferrari lo va a lamentar.
O leo.
Ya no es rehén, está confirmado para 2017 como era lógico.
ResponderEliminarParece que alguien de Ferrari lee este blog ;-P
ResponderEliminar¡Aprovecha!
Un saludo
Sr.Polyphenol