No nos equivoquemos

Por fortuna hay vida más allá de las ventoladas que nos propone para que amenicemos este jueves herr doktor Marko El Sátrapa. Leer sus contradicciones en el comunicado de hoy o echar un vistazo a lo que decía hace unos días sobre Kvyat y comparar sus palabras de entonces con las de este mediodía, produce náuseas, y sinceramente, no tengo cuerpo para dedicarle más líneas que las dispensadas a su mayor gloria esta mañana.

Decía que por suerte hay más cosas a las que agarrarse y una de las que más me tiene sorbido el seso, es ese maloliente paternalismo que se despliega de tarde en tarde en las redes sociales o los abrevaderos de internet, con tal de amargar cualquier atisbo de alegría entre el personal.

Se ve que hay tanto optimismo suelto, así, en general, que existen pastores que se sienten en la obligación de calmar el alborozo entre su grey, no vaya a ser que por un quítame allá esas pajas, un sexto puesto en el Gran Premio de Rusia, por ejemplo, la peña se ponga como si hubiese asistido a tres festivales de Woodstock consecutivos, y no me refiero al remedo descafeinado del año pasado o el anterior —sinceramente no lo recuerdo—, sino al bueno, al que se celebró oficialmente entre el 15 y el 17 de agosto de 1969 y extraoficialmente duró hasta el viernes 22...

La cosa ésta viene de antes, como siempre o casi siempre. Hay que matar el rato, llegar a fin de mes, justificar que a uno lo llamen periodista o redactor, y se tira de lo fácil: hablar de Fernando Alonso en tono apesadumbrado, poniéndose meditabundo, que diría Moncho Borrajo. 

Allá donde va el Nano siempre existe un pozo de pesimismo que explotar, y si en Ferrari el monotema era que la mítica abusaba de su tradición y no se ponía las pilas porque no traía un inglés a sus filas, llegó Fry y como el asunto no mejoraba, el quid pasó a ser el empeño en usar pull-rod en el tren delantero... En McLaren no iba a ser diferente. Que si los japoneses no se entendían con los británicos, que si iban demasiado por libre, que si señora, usted me mira mal...

El año pasado, la de Woking avisó por activa y por pasiva que el foco estaba puesto en 2017. En diciembre, más o menos, transcendió que Honda había decidido acometer un cambio en la arquitectura de su unidad propulsora pero nunca dijo que fuera para 2016...

Una cosa lleva a la otra y como hay que hablar de las malas elecciones de Fernando o de que Sttofel viene apretando, en cuanto te descuidas, te encuentras con que la realidad, testaruda como una mula, acaba enseñando los costurones del personal, en Rusia, por ejemplo, y los pastores dicen entonces oh, wait!, y empiezan a hacer las cuentas de la vieja por el bien del pueblo —pobre pueblo, lo que tiene que aguantar—. 

Total, que los mismos que se han dado la hostia en sus previsiones agoreras, nos recomiendan que no soñemos, que no nos hagamos ilusiones por si acabamos mordiendo suelo.

Tal como estamos, un sexto puesto es justificable, no lo discuto, pena que precisamente los de la bolita de cristal no lo vieran como posible el viernes o sábado antes de la prueba rusa.

Ah, y no nos equivoquemos, que se me olvida: yo no soy pastor, soy tocahuevos freelance.

Os leo.