Nuestra rabiosa actualidad pasa por decidir si nos vacunamos ahora o lo dejamos para luego, cuando sea demasiado tarde.
Consumimos el tiempo debatiendo sobre si a Max Verstappen le han dado pocos o muchos premios, merecidos o inmerecidos, o si a Carlos Sáinz le correspondería alguno. Descifrando el arcano de utilización de neumáticos, o entendiendo cómo va realmente eso de que Jean Todt y Bernie Ecclestone dispongan ahora de poderes especiales, que uno no sabe si se ha hecho para que se deje de dar la murga con el exceso de democracia que abunda en El Circo, o porque el futuro pinta tan negro, que los equipos han preferido que el marrón lo lidien ellos.
También es verdad que hay quien se entretiene a estas horas, buscando datos con los cuales apoyar que Sebastian, también orina en los inodoros de Maranello desde más lejos que Fernando.
Se sabe. Batiendo adecuadamente los números y las estadísticas, se puede afirmar que con un tercer puesto contra el coche más coche de todos los tiempos, el tudesco ha batido al Nano como Rivera bate a Iglesias, y a Sánchez, a Rajoy o Sáenz de Santamaría, y por supuesto a Garzón y los que no están ni se espera. Todo por mantener viva la ilusión con la imagen de Angela Merkel como telón de fondo. ¡Y que no decaiga, que decía aquél!
Pero a lo que iba. Anteayer fue presentado el F1 Concept Car de McLaren, un ejercicio de virstuosismo plástico que responde al nombre de MP4-X y esconde así mismo, otros ejercicios técnicos y aerodinámicos, que aunque no se ven, están ahí, palpitando bajo su carrocería.
Es bello. Rabiosamente inteligente y hermoso desde la punta de la nose a la terminación del ala posterior, y no tanto porque no le falta ni le sobra nada y todo en él parece que sirve realmente para algo, sino porque resulta distinto y responde a una idea de libertad creativa que no disfrutamos en la Fórmula 1 desde hace eones.
Soñar es bueno. Pero si tengo que vivir los sueños de otros en vez de los míos, prefiero mil veces creer en los del departamento de diseño de Woking, que en los de las estadísticas, los números, los premios, Pirelli, Todt, o Bernie Ecclestone.
Será que estoy escaldado o que pertenezco a eso que se denomina vieja escuela, nomás.
Consumimos el tiempo debatiendo sobre si a Max Verstappen le han dado pocos o muchos premios, merecidos o inmerecidos, o si a Carlos Sáinz le correspondería alguno. Descifrando el arcano de utilización de neumáticos, o entendiendo cómo va realmente eso de que Jean Todt y Bernie Ecclestone dispongan ahora de poderes especiales, que uno no sabe si se ha hecho para que se deje de dar la murga con el exceso de democracia que abunda en El Circo, o porque el futuro pinta tan negro, que los equipos han preferido que el marrón lo lidien ellos.
También es verdad que hay quien se entretiene a estas horas, buscando datos con los cuales apoyar que Sebastian, también orina en los inodoros de Maranello desde más lejos que Fernando.
Se sabe. Batiendo adecuadamente los números y las estadísticas, se puede afirmar que con un tercer puesto contra el coche más coche de todos los tiempos, el tudesco ha batido al Nano como Rivera bate a Iglesias, y a Sánchez, a Rajoy o Sáenz de Santamaría, y por supuesto a Garzón y los que no están ni se espera. Todo por mantener viva la ilusión con la imagen de Angela Merkel como telón de fondo. ¡Y que no decaiga, que decía aquél!
Pero a lo que iba. Anteayer fue presentado el F1 Concept Car de McLaren, un ejercicio de virstuosismo plástico que responde al nombre de MP4-X y esconde así mismo, otros ejercicios técnicos y aerodinámicos, que aunque no se ven, están ahí, palpitando bajo su carrocería.
Es bello. Rabiosamente inteligente y hermoso desde la punta de la nose a la terminación del ala posterior, y no tanto porque no le falta ni le sobra nada y todo en él parece que sirve realmente para algo, sino porque resulta distinto y responde a una idea de libertad creativa que no disfrutamos en la Fórmula 1 desde hace eones.
Soñar es bueno. Pero si tengo que vivir los sueños de otros en vez de los míos, prefiero mil veces creer en los del departamento de diseño de Woking, que en los de las estadísticas, los números, los premios, Pirelli, Todt, o Bernie Ecclestone.
Será que estoy escaldado o que pertenezco a eso que se denomina vieja escuela, nomás.
Feliz domingo. Os leo.
El MP4-X, molón como pocos y con la mejor solución a la cúpula para el piloto. No sé yo si terminan de gustarme las ruedas carenadas, pero tampoco me chirrían.
ResponderEliminarEn cuanto al futuro del "Circo de la F1", para ya espero ver a Ecclestone, Todt, y Charlie fuera. Propongo como cabeza visible de la F1 a un caballero (en la doble acepción del término): Sir John Young "Jackie" Stewart.
(Al libro de Jo Ramírez le quedan sólo unos minutos. ¡Trepidante!)