lunes, 7 de diciembre de 2015

Nadie conoce a nadie


No ha habido suerte. Todos aquellos que se felicitaban por los problemas sufridos por Fernando Alonso durante la pasada temporada, no han tenido agallas para ser originales siquiera una vez en su vida, y la realidad, contumaz como la sequía de Franco, ha terminado por engullirlos como una gigantesca bola de nieve.

Si pusiésemos en una balanza el humo proveniente del paddock y el salido de las afiladas plumas de los que torticeramente, apostaron por sembrar negros augurios, el fiel señalaría claramente que se han distribuido durante 2015, más toneladas de este último que del primero. 

El de Oviedo corre en 2016. Dennis sigue al frente. El matrimonio entre la británica y la japonesa, parece incluso sólido como una roca si lo comparamos con alguno de sus rivales. El buen rollo también reina en el seno de Woking; y aquello de la GP2 en Suzuka, ni ofendió a Honda, ni supuso una quiebra en la estabilidad de la escudería. Obviamente, el alonsismo tampoco es el responsable de la caída de audiencias en medio mundo, ni de la huida de los circuitos que protagoniza el respetable día sí y día también...

¿Qué nos han contado entonces?

Milongas, diría mi difunto padre. Y es que a ver, los sacrificados servidores de la información también disputan su Mundial.

En vez de equipos tenemos cabeceras allí, pero en líneas generales, su cosa va de lo mismo que nuestro bendito deporte. Así, resulta comprensible que la necesidad de conseguir como sea la pole o un puñado extra de lectores, lleve a algunos juntaletras a forzar la maquinaria, a meterse en jardines o charcos, o a marcar la vuelta rápida con combustible para un zippo, saltarse el reglamento, tirar a troche y moche de ese DRS que se llama Fernando y se apellida Alonso, y lo más grave, a olvidar lo que significa el verbo rectificar.

El asturiano vende aunque las esté pasando putas, lo sabemos todos, pero este año, más de uno se ha pasado tres pueblos con la dosis de drama por párrafo.

Aunque la verdad, tampoco importa demasiado. Cuando todo esto acabe y las columnas sobre Fórmula 1 las redacten especialistas en fútbol, por ejemplo, ya que sin carreras en abierto el asunto de hablar de coches se va a resentir, y mucho, la culpa será del pobre Antonio Lobato y lo mal que lo hizo, de una afición que no ha sabido parecerse a la inglesa, alemana o italiana, y por supuesto, de Fernando Alonso, quien por un vaya usté a saber, acostumbra a llevar la contraria a lo que dicen de él los medios.

Os leo.

4 comentarios:

  1. yo pensaba que las columnas sobre Formula 1 las escribían ya especialistas en fútbol

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  2. Querido compañero de la zona norte... tiene usted mas razón que un santo!!! por que en este país los "justa letras" que usted a mencionado se vienen a arriba a escribir de un deporte que ni les suena , y que encima interpretan a "su manera" buscando carnaza para atraer a hienas de su mismo calibre. un saludo fenómeno!! ( @hellarghon via twitter)

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  3. Por dar nombres el mismo Pedrerol, cuyas intervenciones hablando de F1 son como su programa, un jodido espanto.

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