Quien imagine que es sencillo levantar un blog y mantenerlo, debería reparar en lo cargaditas que están las cunetas de aventuras de este tipo.
El bloguero de Fórmula 1 es una especie en peligro de extinción. Se liga mucho andando por Twitter o Facebook con un enlace a un lugar donde se escribe muy de cuando en cuando, donde se dejó de escribir hace años, donde escriben otros por ti, donde se tiene pensado escribir una entrada sobre la que uno se está documentando, que nunca llega... Pero coger el toro por los cuernos y escribir cuando toca, y además, intentando sacar una sonrisa, perdonadme que lo diga: eso está reservado a muy pocos.
Carlos Crego es uno de ellos. Nos conocimos en Chicago. Él con una tommy en las manos, y yo, armado con una corredera de cartuchos y una 1911 encasquillada. Al Capone quiso jodernos la noche de San Valentín y casi lo consigue. Bueno, ambos acabamos muy cerquita de la ciudad de Milwaukee, y tan felices, aunque oliendo al estiércol del camión en que nos cobijamos de la lluvia de balas.
Nos separamos, pero volvimos a encontrarnos a finales de 2012 sin reconocernos...
Nos separamos, pero volvimos a encontrarnos a finales de 2012 sin reconocernos...
De esta etapa a diciembre de 2014, Carlos llevó entre manos uno de los blogs más frescos y divertidos que he tenido oportunidad de leer, que cerró editando un libro recopilatorio que lleva por título su denominación de origen: Fast in the Pit Lane, y cuyos beneficios van íntegros para UNICEF.
Con ilustraciones de cubierta del artista italiano Riko, y prologado por José Manuel Zapico (Virutas de goma), puede encontrarse en formato físico y digital en los enlaces que propone el autor en su última entrada.
En ambos casos el desembolso merece la pena. Por el carácter altruista del libro y porque a pesar del tiempo transcurrido, las ocurrencias de Carlos a cuenta de las sesiones 2013 y 2014 siguen arrancándote una sonrisa o directamente haciéndote reír.
Yo que vosotros no me lo pensaría dos veces. La Fórmula 1 a veces resulta insoportable de narices, y entonces, viene bien descubrir que en el fondo y con el guía adecuado —Carlos lo es—, da para dos o tres temporadas del Club de la Comedia. Para eso estaban antes los bufones, es verdad, pero os confieso que en la intimidad, pienso en muchas ocasiones que para eso mismo se inventaron los blogs: para decir la verdad evitando la horca, o lo que sea que pueda hacer pupa.
Os leo.
seguía "fast in the pit lane" una pena que Carlos lo dejase, aunque lo entiendo, como comente en su último post, tengo un blog desde hace un poco más de 10 años, y son muchas horas y horas y horas dedicadas a un blog
ResponderEliminara todos los que no conozcais su trabajo, visitar "fast in the pit lane" y por supuesto seguir en "el infierno verde"
saludos
Dani
1000 gracias, Jose. Ya son unos cuantos post los que me has dedicado con tu habitual gran maestría literaria. Unos cuantos más y podemos hablar de sacar un libro autobiográfico xD.
ResponderEliminarEs cierto, muchas veces la gente no se da cuenta de lo realmente cansado que puede llegar a ser el tener la "obligación" de sacarte de la manga tres páginas de gracietas en word y un chorro de fotos de una carrera que tiene menos chicha que la Reina Letizia en plena operación bikini.
Por eso, cada vez que te veo aparecer por twitter pregonando otro post me llevo las manos a la cabeza. No sé por dónde te vienen esas oleadas de inspiración para sacarte dos, tres, y a veces cuatro o más parrafadas al día. Incluso a escribir tus propios libros independientes del blog. Y no una verborrea cualquiera, sino textos con sentido que a veces te dejan un rato rayado ¡Joder, eres un puto artista! O lo tuyo es auténtica pasión innata con la F1, o es que tomas drogas duras (y, oye, que lo llevas muy bien xD ).
Sigue tirando del carro mientras tengas gasolina. Escribir un blog es un arte muy poco valorado hoy día, pero a la velocidad que va esto (que no es la del McLata), dentro de poco seréis la referencia de la mayoría, por encima de periolistos vendidos y con hemorroides "forte".
Y por cierto, arregla esa 1911, y no dejes que ningún niñato inmaduro vuelva a ponerte en entredicho ;)
Un abrazo, Jose.