No se me ha perdido nada en el mundo de las dos ruedas, pero quizás porque me han arrullado tantas veces los oídos con que allí el mundo era diferente al nuestro y tal, y su afición era más sólida y equilibrada que la nuestra y tal, salgo de mi cueva a estas horas para perder seguidores en Twitter y sangrarme seguramente de amigos de tomar cervezas, por no poder retener las ganas de afirmar en público, negro sobre blanco, que la actitud de un individuo que no fue capaz de conseguir la tercera plaza en Valencia para poder decir lo que le viniera en gana terminada la carrera, es innoble, antideportiva, cerda en el más sucio sentido de la palabra.
Rossi no me caía del todo bien y ahora me cae como el culo. Un tipo que no sabe perder puede mostrar su frustración de mil y una maneras, incluso expresarla aceptando el resultado y salpicándolo de peros. Lo que no puede hacer jamás si se considera deportista, es armar la de Dios es Cristo hasta reventar el campeonato porque las cosas no han salido como quería, que no habrían salido así ni aunque Stephen Hawking hubiera hecho los números.
Lo de menos es que ahora los nueve títulos mundiales del italiano no me sirvan ni para limpiarme salva sea la parte. No me dicen nada porque el que duda de ellos soy yo.
Bien, duele el silencio de los rossistas que no están de acuerdo con su ídolo pero callan. Duelen los silbidos al podio en Cheste. Duele que los articularan impresentables que prefieren ser cualquier cosa menos nosotros. Que prefieren pertenecer a esa grey borrega que jalea y justifica a alguien que no supo hacer su trabajo en la pista, o no pudo, pero a la postre, se ha convertido en la doncella del cuento, en la niña del bautizo, en la cría de la comunión, en la novia del enlace y en el muerto del entierro, a base de amenazas y dinamita. Duele esa Italia cegada en el concepto tifosi como si fuese esa Gran Bretaña que manda los hooligans a tomar Europa o por el traste, para que salgan en los telediarios.
Valentino ha demostrado con su falta de generosidad, que jamás ha gozado de esa altura que se les presupone a los grandes.
Bien, duele el silencio de los rossistas que no están de acuerdo con su ídolo pero callan. Duelen los silbidos al podio en Cheste. Duele que los articularan impresentables que prefieren ser cualquier cosa menos nosotros. Que prefieren pertenecer a esa grey borrega que jalea y justifica a alguien que no supo hacer su trabajo en la pista, o no pudo, pero a la postre, se ha convertido en la doncella del cuento, en la niña del bautizo, en la cría de la comunión, en la novia del enlace y en el muerto del entierro, a base de amenazas y dinamita. Duele esa Italia cegada en el concepto tifosi como si fuese esa Gran Bretaña que manda los hooligans a tomar Europa o por el traste, para que salgan en los telediarios.
Valentino ha demostrado con su falta de generosidad, que jamás ha gozado de esa altura que se les presupone a los grandes.
El italiano me recuerda a Lance Armstrong, pero no quiero ser tan cicatero.
No quiero ser tan cutre, no quiero parecerme ni por asomo. No quiero, no quiero y no quiero. Me enseñaron que el deporte era nobleza en el triunfo y nobleza en la rendición de rodilla. No, no quiero que nadie me vuelva a decir jamás que en Moto GP hay auténtico deporte y tampoco quiero oír arrullos o cantos de sirena. No quiero que me insinúen siquiera que en Fórmula 1 no gozamos de amplitud de miras porque nos quejamos constantemente de la FIA, de Bernie o del maestro armero...
Rossi ha demostrado que es un perfecto mierda. Un personaje que ha llegado a sus cotas de éxito podría permitirse ser elegante siquiera una vez en su vida. No lo ha hecho no porque no pueda o las circunstancias se lo hayan impedido: no lo ha hecho simplemente porque su soberbia le puede, y perdonadme que lo diga: un individuo que prefiere incendiar el Mundial antes que aceptar que lo ha perdido, no puede ser considerado un auténtico ganador.
Sin comerlo ni beberlo, sin enteder un carajo del mundo de las dos ruedas, me llega para comprender que sin ser tercero y por mucho que Marc adelantara a Jorge en Valencia, Valentino seguiría queriendo ser Valentino. Así que hoy siento más que nunca que voy a ser de Lorenzo, Pedrosa y Márquez, sencillamente por no tener nada que ver con un innoble como Rossi. ¡Ahí que te den, capullo!
Os leo.
Pues estoy totalmente de acuerdo, Jose. Un saludo. ABB
ResponderEliminarA todos los que silvasteis el podio de Cheste: salid ya del armario que compartís con Rossi y Uccio o lo vais a reventar.
ResponderEliminarExcelso piloto pero evidentemente se ha equivocado.
ResponderEliminarFelicitar al campeón, Grande Lorenzo!!!!
El aspecto psicológico no me sorprende en absoluto, porque el comportamiento humano individual ya está ampliamente documentado desde el nacimiento de la escritura. Ciertamente no lo esperaba de un gran campeón bien entrado en la treintena y con muchos títulos en su palmarés.Me ha llamado la atención más su manipulador desesperado comportamiento ante los micrófonos que su dureza extrema en pista, de la que ya teníamos conocimiento. En cambio me ha fascinado el aspecto sociológico del asunto: De cómo una persona, con el aleteo de su pierna (es metafórico; también con el de su lengua y cuerdas vocales) apoyado en un puñado de voceros mediáticos provoca un efecto en la mentalidad de miles (o millones) de personas que llegan a provocar que un chico con síndrome de Down que compite en natación sea abucheado en un podium por el simple hecho de ser español, habiendo quedado segundo detrás de un italiano. Lees sobre el mundo en los años 30, repasas "La rebelión de las masas" de Ortega, "Propaganda" o "Cristalizando la opinión pública" de Bernays,a Laswell, a Marcuse,a Chomsky...no sé, a Goebbels, y la conclusión es que vivimos una época fascinante en la que se juntan ancestros instintos de dominación, intemporales comportamientos de rebaño sectario y adoctrinado con una circulación instantánea e irreflexiva de información que provoca acciones viscerales e inmediatas que no viene a cuento. Todos sabemos cómo acabó el tercer decenio del siglo XX. Todos sabemos que la historia está ahí para conocerla y para no repetir los mismos errores. Y la cosa pinta mal...
ResponderEliminarSaludos!!
Amen, Jose...
ResponderEliminarllevamos años humillando deportivamente al mundo.Algún dÍa lo tenÍamos que pagar y me temo que todavia nos tienen alguna guardada
ResponderEliminarMuy bien dicho, Josetxu!
ResponderEliminarValentino se ha comportado como un niño malcriado al que le han quitado su juguete favorito. Pero el problema mayúsculo no lo ha generado él, sino "el entorno": publicistas, Yamaha, medios de comunicación y DORNA / federación de motos.
Porque si desde el minuto uno de la patada se le hubiera dicho que por ahí no se va a ningún sitio, tal vez otro gallo nos cantara. En lugar de eso ves que el tirón mediático lo arropa (ay!, el merchandasing de Vale es brutal, y eso es mucha $$$), Yamaha lo respalda y muestra clara preferencia de quién es su favorito, los medios se colocan en una posición equidistante entre agredido y agresor, y según pasan los días también se posicionan con Rossi. Y, finalmente, cuando la justicia no es justicia pues pasa lo que pasa. Porque lo justo era bandera negra y pérdida de los puntos de Malasia, como sanción mínima.
En lugar de eso, Rossi se ha encontrado con todo un mundo de gente que lo apoya y lo comprende, y se ha envalentonado hasta el punto de soltar más idioteces por su boca que un Artur Mas cualquiera (en el fondo un trasfondo, valga la redundancia, muy similar). Dos juguetes rotos que víctimas de su éxito no supieron irse a tiempo con dignidad.
Un abrazo!
Lo hubiera tenido facilísimo si no hubiera cometido el gravísimo error de sacar de la pista en la anterior carrera a Marquez. Sin haber cometido una tropelía (muy poco sancionada) como esa podría haber disputado la carrera de Valencia desde las primeras posiciones. Este análisis no ha sido tenido en cuenta en ningún medio que yo haya leído y da la clave de la privilegiada cabecita de este piloto. En fin, peor para él....
ResponderEliminarÁlvaro
Gracias por decirlo de manera tan clara y contundente.
ResponderEliminarAcordaos de Brasil 2012, todos los pilotos de la órbita de Renault (excepto Weber) quitandose de enmedio, los alemanes incluyendo a Schumacher apartandose, y nadie, repito nadie en Italia ni en España levantó un dedo para quitarle la honra de la victoria a Vettel.
ResponderEliminarSin embargo, el bocas de Rossi llevaba un mes calentando la prensa y al rival. ¿Que ha conseguido? lo primero fue ponerse la venda antes de recibir la herida que sabía que iba a recibir, y la segunda romper a la afición motera en dos, cosa que ni Pedrosa y Lorenzo consiguieron.
Saludos
Jode, que mal lo tuviste que pasar cuando Alonso, nada más termInar la carrera de Abu Dhabi 2012, fue a pedirle cuentas, en plan matón, a Petrov por no dejarle pasar.
ResponderEliminarSeguro que le llamaste a ALonso mal perdedor, mierda, etc.
No sé para qué me molesto en contestarte, Orel.
ResponderEliminar11 comentarios (con éste, 12), y el único que menciona lo de Petrov es el tuyo, lo que delata que sabes de MotoGP todavía menos que yo ¡ja,ja,ja,ja!
A ver, sí lo llamé mal perdedor y mierda porque todavía recuerdo la rueda de prensa incendiaria previa a Corea 2010 y la sacada de pista al ruso durante la prueba asiática. También recuerdo la rueda de prensa aún más incendiaria posterior a Abu Dhabi, y a los alonsistas pitando a Sebastian, Lewis y Jenson en el podio. Y no se me olvida la que montó la prensa española posteriormente, ni que a un chaval en un deporte diferente, los españoles le pitamos a él y su himnno recordándole la felonía de Vitaly...
Hijo, con este tipo de trazados y similitudes da cosita rozaros siquiera, porque a lo peor uno se contagia.
Ea, pasa buen día, que te lo has ganado ;)
Jose
Evasivas.
ResponderEliminarPara ti la perra gorda, cachondo.
ResponderEliminarJose
Ah, y no era Abu Dhabi 2012, sino 2010 ;)
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