Los que llevamos encima algunos añitos sirviendo a la comunidad dando de comer a los pajaritos, hemos podido observar desde primera línea de fuego, cómo la silly season ganaba terreno a la información, poco a poco, pero con paso firme.
Parece que fue ayer ¡ejem, ejem!, pero no hace mucho, el estallido de ruido ambiental se circunscribía a las postrimerías y los previos de las temporadas, permitiéndose acaso, asomar de vez en cuando las orejas para avisarnos de que seguía estando allí. Todo era natural, incluso Fernando y mi Felipe la liaban parda en la antesala del podio o Briatore se ciscaba en los muertos de Mosley...
Pero llegaron las pantallas que ocultaban los vehículos, o los muros de fornidos mecánicos que impedían que se vieran sus partes sensibles —a las del coche me refiero, malpensados—, y casi al mismo tiempo en que Newey nos daba esquinazo poniendo donde nunca estuvieron, unas pegatinas que simulaban los escapes, la silly season de los cogieron comenzó a comer los panchitos o los ibéricos sin pedir permiso, a poner los pies sobre la mesa, o a bebernos la cerveza cuando necesitábamos ir al baño.
Debíamos habernos dado cuenta de lo que estaba sucediendo, pero estábamos tontos intentando desentrañar las complejidades de un deporte que siempre ha sido complejo y tal, y no caímos en la cuenta de que cuanta menos información hay, más silly season tenemos.
El actual estado de cosas debe ser del interés de alguien porque hoy es el día en que lees tres o cuatro artículos originales, no traducidos, se entiende, y obtienes como recompensa tres o cuatro cuadraturas del círculo totalmente distintas. Imagino en mi maldad que el mayor interesado de que esto suceda tal que así es Bernie, aunque esto que digo suponga una completa redundancia, como bien sabéis. A él, con tal de que se hable de Fórmula 1 ya le vale, nos lo ha dicho tantas veces, pero nosotros necesitamos saber, estamos ansiosos por saber, somos como Fox Mulder en su despacho.
Lo cierto es que la propia inercia de nuestra voracidad por consumir información buena, nos lleva a caer una y otra ven en la misma trampa, es decir, a consumir morralla para ponernos gruesos como focas norteamericanas. Y hoy en que la noticia del día es que en Singapur hay un esmog que te quiquis, que incluso podría poner en riesgo la celebración de la carrera, Dios no lo permita, me ha dado por pensar en los años que llevamos viviendo en el esmog espeso de la silly season sin que nos haya sucedido nada ni hayan saltado las alarmas ante su preocupante omnipresencia.
Será que uno se acostumbra a todo, pero mi garganta profunda me ha susurrado al oído que para el fin de semana ya se nos ha olvidado lo del humo y la contaminación, y le creo, y por ello comparto con vosotros la información, más que nada para que no andéis preocupados a lo bobo.
Os leo.
Don José, le agradecería una entrada sobre lo que está sucediendo entre Ferrari y HAAS. Un saludo ;D
ResponderEliminarBuenos días ;)
ResponderEliminarAnónimo ;) La verdad es que terminaré hablando de ello, pero cuando dé realmente para una entrada, porque a día de hoy sólo da para línea y media: Ferrari usa pilas Ecclestone para encontrar lagunas en el reglamento XDDDDDDD
Un abrazote ;)
Jose