Haciendo números

La realidad tira tanto para atrás que apetece disfrutarla con una pizca de buena música y algunas imágenes sacadas con obturador ligeramente cerrado. Así sí. Así ganaría incluso Dolores de Cospedal admitiendo que nuestra bendita luz de faro, «ha trabajado mucho para saquear nuestro país adelante.»

Un lapus, dos, tres. Qué más da si un elefante se balancea en la tela de una araña si al final, lo importante de todo esto es que Two Steps From Hell hayan estado atinados en el corte elegido, o que la obturación de la cámara nos ofrezca una sensación de veracidad que no se corresponde enteramente con lo que recoge la retina.

Vivimos de fogonazos y sensaciones. Tuve un cuñado que todo lo reducía a electricidad y química, y me dije ¡vaya mierda! El amor no puede ser sólo eso, ni tampoco la paz que transmite un campo en primavera. Hay algo más. Tiene que haber algo más que nos permita acercanos a lo cotidiano con ojos de niño porque la ciencia es tan fe como la religión, ya que nos pide como aquella, que creamos a pie juntillas en sus asertos y sin hacer preguntas, o en su caso, nos volvamos ciegos, al menos hasta que cambien las costuras que definen científicamente nuestro universo.

No hace tanto se daba por imposible que los neandertal y cromagnon hubieran yacido juntos por un casual, y por otro, que hubiesen procreado. Lo mismo vale para la existencia de agua en Marte o para que te pencaran por olvidar señalar a Plutón como integrante de los planetas del sistema solar, cuando hoy es sabido que el antiguo integrante del Olimpo supone un planetoide venido a menos, que jamás justificaría un cate tan rotundo como los de antes del diluvio...

Pero pongámonos en línea. Demos al play a la pista Nero de Two Steps From Hell y bajemos la velocidad de exposición para ver perfectamente las chispas aunque la imagen en movimiento pierda definición y nitidez. 

Y aceptemos de corrido que sería posible que Renault estuviera jodiendo a posta a Red Bull y Toro Rosso, por aquello de devaluar el interés de su compra. Ricciardo estrena cuarto motor en Barcelona y se expone a sufrir sanción tras sanción a partir de Mónaco. Y mañana o después, los racionalistas científicos que se autoproclaman aficionados de viejo, preguntarán o harán cábalas sobre cómo es posible que el tipo que dio para el pelo a todo un Sebastian Vettel el año pasado, se encuentre a comienzos de la temporada 2015, a un paso del abismo y de su propio ocaso como piloto.

Haced números, mamones, que yo buscaré la música y la luz para que todo quede bonito.

Os leo.