Vendiendo a Vettel

Por desgracia, cuando vamos al quiosco no sucede como cuando nos acercamos a las estanterías de un supermercado. Si en estas últimas es posible vislumbrar qué se nos vende y de dónde viene, en los primeros, la aureola democrática que empapa hasta su tuétano el concepto «información», hace complicadísimo si no imposible, discernir quién nos habla desde las páginas de los diarios y revistas y cuáles son los intereses que tiñen sus palabras.

Pero haberlos haylos, como las meigas, y su existencia es una de las razones por las que paulatinamente, el público ha ido dando la espaldad a los medios de comunicación convencionales y numerosos portales de internet, ya que a la gente no le suele gustar que la engañen, que le den gato por liebre, opinión por información o realidad por ficción, en una palabra.

Así las cosas, bastaría que junto a la última payasada vertida desde La Gazzetta dello Sport sobre Fernando Alonso, se adjuntara que la cabecera italiana pertenece al holding HdP, controlado por el grupo FIAT y la familia Agnelli, para que todos hubiésemos pillado el chiste. Pero no es así, y lógicamente, la tontería ha alcanzado rango de noticia seria en algunos sectores de la afición tifosa y aún de la otra, y a buen seguro dará mucho que hablar en las próximas horas como ya lo está haciendo en el instante en que escribo estas líneas.

Y puesto que no trago con eso tan extendido que pretende que el asturiano es la razón última de tanta inquina como se está generando, me da por recordar las sabias palabras de Malcom X cuando dijo «If you're not careful, the newspapers will have you hating the people who are being oppressed, and loving the people who are doing the oppressing» y tiro pa'Vettel. Concretamente hacia ese Vettel que hace migas con Raikkonen y al que Marchionne y su tropa están ensalzando a troche y moche, para vender la idea de una Ferrari totalmente renovada que borrará con los éxitos futuros los sinsabores del pasado.

El ejercicio me parece cutre de cojones, para qué os voy a engañar. Un tetracampeón del mundo no necesitaría de estas cosas ni habiendo pasado por el correctivo que le aplicó Ricciardo el año pasado. Con lo cual, tanto ataque gratuito a la figura del de Oviedo me lleva a pensar que Maranello ha digerido peor de lo que imaginábamos la salida del español, y que su futuro inmediato, no está ni tan garantizado ni es tan brillante como se nos hace ver.

Vettel no era la panacea. El podio en Melbourne ha sido valorado adecuadamente y La Scuderia sigue sufriendo los mismos males que la aquejaban cuando la dirigía Montezemolo. Por eso se mueven algunos hilos para que un periodista de la casa, eche mierda desde las páginas de un medio aparentemente inocuo, sobre el piloto que no creyó en el proyecto de don Sergio. Así seguimos hablando de Alonso y olvidamos durante un rato, que Sebastian se ha estrenado en la de Il Cavallino con un tercer puesto, no como hicieran Kimi o Fernando, por ejemplo.

Os leo.