Historia de seis corchos

Parece que fue ayer cuando comenzaba todo esto pero este domingo, más o menos a las 16:00 horas de aquí, todo habrá terminado y Bernie nos dará unas breves vacaciones eso sí, sin atisbo de premiar nuestro buen comportamiento.

La temporada 2014 fallecerá en el Gran Premio de Abu Dhabi y esa tontuna de puntuarlo doble, y digo tontuna porque ya se está pensando en desterrar la idea para el año que viene y siguientes. Y es que hace unos meses todo era un montón de promesas que no se han cumplido y a ver, en febrero se pensaba que la igualdad iba a ser la tónica dominante, vamos, que nadie imaginaba que la sesión de estreno del nuevo reglamento fuese a ser un paseo militar de los de Brackley y por aquello de curarse en salud, a los jeracas del invento no se les ocurrió que nada mejor que distinguir la última carrera del campeonato con puntos a cascoporro.

Total, que los más ingenuos ya imaginábamos que el ardid no iba a servir de gran cosa, pero como el resto del mundanal ruido andaba metido en ofuscaciones o preguntas de difícil respuesta, como que la cosa ha ido quedando apartadita hasta que ya no hay nada que hacer. Que no lo hay, hacedme caso. Que quedan cuatro días como quien dice y a quien gane en el emirato le caerán 50 puntos, y al segundo 36 y así hasta los 2 que le tocarán en suerte al décimo clasificado.

Daría lo mismo que la puntuación fuera sencilla porque todo se juega entre Nico Rosberg y Lewis Hamilton y puesto que el británico le saca 17 puntos a su compañero de escuadra, los dos seguirían en la pomada hasta la terminación de la prueba...

En fin, sea como fuere, quien gane quedará marcado de por vida como el tipo que ganó su Mundial en el Gran Premio más ampuloso de toda la historia de nuestro deporte, ¡ahí es nada!

Y ya que estamos hablando de grandilocuencias y excentricidades, os confieso que echaré en falta que en la ceremonia final no se reparta también doble ración de champagne. Quedaría bonito y sería un estupendo homenaje a Jo Siffert, el primer piloto que agitó la botella del espumoso para ayudar a liberar el corcho. 

Aquello sucedió en Le Mans, pero a estas alturas qué más da. El rito es el rito y si nos meamos en él dando más puntos que los necesarios, no veo por qué no íbamos a permitirnos también, regalar a los protagonistas del podio un momentazo como el que estoy describiendo. 

Dos corchos por barba en vez de uno. Sí, cada vez lo veo mejor... Propongo llamar al trazado de Yas Marina: el circuito de los seis corchos aunque solo se descorchen tres botellas este próximo fin de semana.

Os leo.