viernes, 3 de octubre de 2014

Phanfone se llama mi amor


Aún nos quedan lecciones por aprender y en tanto espero que Giorgio Piola nos explique cómo funciona el mundo, el tifón Phanfone amenaza la celebración del Gran Premio de Japón, ajeno a las proezas y desvelos de los hombres.

Observar la previsión meteorológica sobre Suzuka para este próximo domingo, es acertar a ver lo pequeñines que somos frente a la madre naturaleza y cómo el margen de maniobra para salvar la carrera, pasa inevitablemente por haceros madrugar a la hora en que suelo ponerme a diario mi primer café.

Ir más allá buscando el retraso de la prueba, como apuntaban Antonio Lobato y su equipo durante la segunda sesión de libres, supondría enfrentarse a unas condiciones de luz que complicarían su desarrollo. Decía hace unas horas el periodista asturiano, que sobre el trazado japonés comienza a anochecer cerca de las 17:30... Sacad vosotros mismos las cuentas.

Olvidaros de que nos dejen asistir a una batalla como la retratada por Ron Howard en la película Rush, con Fuji y el diluvio como protagonistas. 

Los coches actuales tienden a surfear olas en cuanto el agua anega el circuito. Los fondos planos trabajan tan cerca del suelo, incluso en condiciones de mojado, que a poco que la cosa se complique, literalmente hacen que los coches floten sobre el asfalto. Sin la ayuda de la aerodinámica los monoplazas están vendidos, que se os meta en la cabeza, y más aún calzados con un producto Pirelli para lluvia que ya ha demostrado esta sesión, que no está para demasiadas bromas.

Olvidaros también de que alguien grite ¡retirada o rendición! Un Gran Premio es sagrado y se celebra sí o sí,  pero si la previsión persiste, comenzad a dormir bien desde esta misma noche porque en unas horas os hará falta estar muy descansados, ya que la madrugada cuando besa al amanecer, suele resultar bastante tramposa. 

Tampoco olvidéis las pilas y limpiar de sustancias extrañas vuestros respectivos despertadores, en la vieja Europa se está discutiendo cómo hacer el necesario encaje de bolillos, y todo apunta a que tendremos que programarlos para que realicen su trabajo a las 04:00 o 05:00 horas del próximo domingo.

Yo seguramente estaré despierto, como ocurre casi siempre, cantando aquello de Phanfone se llama mi amor...

Os leo.

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