La situación de Marussia después del Gran Premio de Hungría y con media temporada ya consumida, no puede ser más halagüeña para un equipo son sus dimensiones y expectativas, lo que no es óbice para que cuando la sesión 2014 haya concluido, razonablemente se pueda apostar a que ocupará casi con total seguridad el penúltimo puesto del Mundial de Marcas, por delante de Caterham.
A diferencia de lo que comentábamos ayer a cuenta de Sauber, a la escuderia rusa lo que le falta es coche de forma que por muchos caballos extra que le demos, el chasis del MR03 no va a poder ir más allá de lo que su diseño es capaz de soportar.
En este sentido, tanto las circuntancias actuales del equipo de Monisha Kaltenborn como el de Gérard Lopez han ayudado a mantener el tipo y sacar la cabeza a Marussia durante la primera mitad del campeonato —sin que esto suponga ningún menoscabo para la excelente labor realizada por Jules Bianchi y Max Chilton (sobre todo la del primero)—, lo que apunta a que la de Dinnignton se enfrenta a partir del Gran Premio de Bélgica a una etapa comprometida por su bajo presupuesto y por la necesidad de llegar lo más entera posible a Abu Dhabi.
No es malo, en realidad Marussia ya ha cumplido con creces sus estimaciones más optimistas para este año, de forma que con Caterham totalmente KO, lo que le queda para las siguientes 8 carreras es gestionar de manera correcta una situación notablemente buena.
Dicho lo cual, independientemente de la capacidad de reacción de Sauber y de ver cómo Lotus resuelve su particular papeleta, con las mejoras en la unidad de potencia Ferrari que comentábamos hace unas horas, la escudería rusa se enfrenta a un escenario que sin dejar de ser complicado, resulta mucho más cómodo que en temporadas anteriores, de forma que no sería extraño que nos ofreciera alguna que otra alegría antes de que demos por finalizado 2014.
Os leo.
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