Dicen que las entrevistas delatan sobre todo a quien hace las preguntas, y si es cierto que me apeé definitivamente de El País por lo que hicieron con Enric González, no es menos verdad que mi guerra particular con el diario supuestamente más serio de España venía de lejos, ya que su sección dedicada a la Fórmula 1 mostró en 2007 el aldeanismo rancio que profesan los que vuelven la espalda a lo que deberían defender con uñas y dientes, como hacen precisamente en esos santuarios de la información donde muchos periodistas dicen posar sus ojos para tomar ejemplo.
Por esto y porque en casa siempre ha sido difícil hablar de Fórmula 1 con gente bien informada a través de los medios generalistas y prensa deportiva, me lancé al monte izando las velas de Nürburgring por primera vez, con mis pobres conocimientos como bagaje, acompañándolos en el petate de algo de cecina, calcetines, un par de mudas, ropa de invierno y mi inseparable Jungle King.
Conociendo el percal, no me ha extrañado en absoluto que la entrevista del responsable de la sección de El País al tricampeón mundial Niki Lauda se titulara precisamente «Ferrari ha hecho un coche de mierda», a pesar de que de las 1.369 palabras que componen el texto, tan solo sean 132 (casi un 10%) las que aluden a la italiana en boca del piloto austriaco. Tampoco que esta sea precisamente la contestación que la cierra ya que en la universidad enseñan incluso al más cortito, que la pregunta final vale doble porque es la que queda en la memoria del lector, como pretende Bernie que suceda con el Gran Premio de Abu Dhabi.
Resultaría chocante que el mayor interés de un bis a bis con uno de los tipos más afilados del paddock, consista precisamente en llegar a la pregunta de marras cogiéndosela con papel de fumar para darle a Lauda espacio suficiente como para que haga gala una vez más, de su sempiterna acidez con la italiana y Fernando Alonso, si no fuera porque la intención se ve que era dejarle hablar de La Scuderia y su piloto estrella.
Resultaría chocante que el mayor interés de un bis a bis con uno de los tipos más afilados del paddock, consista precisamente en llegar a la pregunta de marras cogiéndosela con papel de fumar para darle a Lauda espacio suficiente como para que haga gala una vez más, de su sempiterna acidez con la italiana y Fernando Alonso, si no fuera porque la intención se ve que era dejarle hablar de La Scuderia y su piloto estrella.
Pero lo más curioso de todo, es que no hay una miserable interrogante sobre Sebastian Vettel, o más bien sobre cómo justifica Niki que dijera en Silverstone del tetracampeón más joven de la historia, que se quejaba como un niño pequeño. No se muestra ni la más mínima intención de valorar la caída en picado del de Heppenheim frente a su compañero de escudería. Tampoco hay nada sobre cómo le sentó personalmente al austriaco que Red Bull le quitara su nombre a una de las curvas del viejo trazado de Österreichring (Red Bull Ring), o al respecto de cómo piensa encarar la de la estrella de tres puntas la inminente irrupción de Honda en El Circo.
Yendo incluso un poquito más lejos, se extraña también —yo lo he extrañado—, que no haya una triste línea dedicada al papel jugado por Ross Brawn en el levantamiento del equipo, o a si Niki piensa que la salida del Kaiser ha resultado finalmente más beneficiosa de lo esperado y en su caso, si fue uno de los que propuso la jubilación definitiva del heptacampeón del mundo; o a indagar sobre el extraño cambio de escenario que ha supuesto que tras cuatro años de dominio de Milton Keynes, haya llegado Mercedes AMG a sustituirla después del entrenamiento ilegal que celebró con Pirelli después del Gran Premio de España 2013; o sobre qué opina Lauda del recorrido que le queda a Bernie al frente del cotarro o sobre lo que estima que sucederá cuando el viejo lo deje...
Nada de esto parece importar al entrevistador, ni siquiera saber si es cierto que Brackley esté echando una manita a Grove. Lo único importante es conseguir un titular prefabricado en base a que el tipo al que se presenta en el encabezamiento como un hombre que «tiene fama de hablar claro y la mayor parte del tiempo lo hace...», haga una valoración personal sobre el cuarto equipo de la parrilla para extraer como conclusión, algo que sabemos todos desde hace unos cuantos meses.
Os leo.
Os leo.
El periodismo de la sección de deportes de El País no va dirigido a gente como tú, sino a otro tipo de persona que se maneja con otros parámetros. Si quieres vender caramelos, forzosamente has de ir a la puerta de un colegio, pero si quieres vender la última novela de Murakami, la puerta de una escuela no es el mejor lugar para ello. Estoy completamente seguro de que entiendes lo que quiero decir.
ResponderEliminar¿¿¿¿Si pero esto era para hablar de Alonso, de Ferrari o de darle un palo a El Pais?????????? Si no te gusta, pues no te lo compres, hay otros.
ResponderEliminarAnónimo. Si no te gustan los temas de los que decide hablar el autor de un blog tan personal como este ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Por qué lo lees?????????????
ResponderEliminarMe da que no es el mismo anónimo, así que identifícate!
ResponderEliminarY válgame el cielo intentar interpretar a Jose, pero yo creo que es evidente que nos habla de esta prensa nuestra tan chic, tan entendida, pero que deja escapar una oportunidad de oro para hablar de lo divino y lo humano con Lauda y que sólo se centra en lo evidente, en lo que todos sabemos y además está de moda: el pim, pam, pum contra Ferrari. Véase el magnífico texto sobre partirnos la cara.
Otra vez lo has clavado, maestro!
Un saludo!
Si comentaba en el post anterior que quizás la función social de la F1 sea volvernos gilipollas ¿que decir de nuestra prensa patria?
ResponderEliminarY si Jose nos vacuna todos los días tambien aparece de vez en cuando un tonto que rechaza la medicina. XDDDDD
¡Saludos!
Gracias Jose por leer entre/arriba/debajo de todas las líneas. Estoy de acuerdo contigo asumiendo que nunca me habría dado cuenta de tantos matices si no leo tu blog.
ResponderEliminarY eso que eres de letras...
Consejo operativo: Numera a los anónimos.
ResponderEliminarJ-CAR: Es que yo creo que nuestra parte gilipollas se alimenta precisamente de todas estas vanidades deportivas. En la prensa hay de todo, y en cualquier diario te puedes encontrar excelencia y basura en columnas adyacentes. Independientemente de que el diario sea español, inglés, alemán, francés,...,americano, argentino, chino, ruso o japonés, supongo.E independientemente de la línea ideológica. Yo vengo por aquí casi cada día no para medicarme, sino para huir durante unos minutos de la barbarie humana que salta puntual a las primeras páginas y disfrutar de algo que antes era, o parecía, una actividad con una nobleza implícita, y hoy se ha convertido en algo más para tirar a la hoguera de las vanidades junto a la que nos ha tocado vivir. Y todavía tenemos que dar las gracias, visto lo visto. A dormir.
Hola a todos,
ResponderEliminarEsa es mi razón para disfrutar del blog también GRING, pasar un momentito por el oasis antes de volver a masticar arena con sudor en el estúpido mundo real. Y, en mi caso, que Jose sea de letras y escriba bien (tan bien comparado con lo que puedes encontrar en este idioma por ahí) es un plus a favor. Otro es el intento loable de quienes opinan en el blog de no desmerecerlo.
Total, que ¡Qué bien, gracias Jose y peña!
Un saludo,
ABB
Desde luego es llamativo el olvido de Ross Brawn y de su parte de mérito en la actual pujanza de Mercedes. Lauda se encontró todo el tinglado recién engrasado para el triunfo y él sólo ha tenido que empujar la pelota entre los tres palos. Pero así se escribe la historia. Veamos, a la f1 le interesan los constructores. Ha estado bien que Red Bull sostuviera el tinglado en tiempos de crisis cuando se retiraron la mayoría de los fabricantes (Honda, Toyota, BMW y Renault). Quedaron solo Ferrari y McLaren, si es que a éste se le puede considerar constructor. Era necesario que alguien de fuera, por así decirlo, capitalizara los triunfos mientras se capeaba el temporal. ¿Alguien cree que Red Bull hubiera seguido en el circo si no se le hubieran garantizado varios años de dominio? ¿No se acuerda la gente de aquellos monoplazas que conducían Coulthard y Webber que se deshacían al pasar sobre un bache?
ResponderEliminarUna vez capeado el temporal vuelven los constructores. Ahora gana Mercedes. Posiblemente el año que viene también. Después apuesto a que volverá a reinar McLaren motorizado por Honda. Ya veremos si a Ferrari le dejan alguna migaja.
Entre tanto, se preparará el regreso de la propia Honda y el desembarco de algún otro constructor. Quizás Porsche, quizás BMW, quizás Toyota...
Al fin y al cabo, estos son carreras de coches, no de bebidas energéticas.
Addenda.
ResponderEliminarEl ejemplo claro de que los constructores, las marcas de coche, son vitales para que el público se implique de verdad en las carreras, lo tenemos en la NASCAR. Son coches que aparentan ser coches de serie pero son más falsos que un euro de madera. En realidad son chasis tubulares a los que sujetan carrocerías de plástico y pegan adhesivos que simulan faros o rejillas de ventilación. Pero es que el espectador tiene que sentirse identificado con ese "chevrolet" o ese "toyota" de pega, que es similar en apariencia con el que él tiene aparcado en la puerta de su casa. A mí me resulta difícil de creer que un "seguidor" de Red Bull, si es que existe al margen del odio que pueda sentir por Alonso, por poner un ejemplo, se sienta identificado y pleno bebiéndose una lata de ese brebaje.
Yo no conduciré nunca un ferrari, pero sí soy capaz de apreciar su belleza y relacionarlo inmediatamente al verlo con su gloriosa historia. Sin embargo, por mucho que miro una lata de Red Bull lo único que me viene a la cabeza son los pastilleros con los ojos extraviados a los que veo comprar ese brebaje en los seven eleven a las diez de la mañana de un domingo. No hay mucha épica en ese chisme.
Leí la entrevista y pensé eso, que era un desperdicio con la de cosas que se le pueden preguntar.
ResponderEliminarEl problema es que esto te ha sucedido con un tema que dominas, pero hacen cosas parecidas con todas las informaciones y en todas las secciones: buscan el titular, el dar el palo si es enemigo o el halago si es amigo y ha pagado bien la publicidad.
Eso sin contar la foto, que es horrible e intenta destacar algo que todos conocemos con un efecto horrible e innecesario.
Cuando los medios tradicionales dicen que el negocio se les hunde culpan al empedrado, pero nunca miran su propio ombligo. Marca España.