Magneto en Maranello

La fabulación es un arte que anda de capa caída. En realidad, toda nuestra civilización parece enajenada de sus responsabilidades, así que antes de que me despierte un día y tenga que buscar a alguien que me diga dónde vivo y qué terreno pisan mis pies, o qué talla de calzoncillo llevo o cómo demonios me llamo, me gustaría hacer una glosa a ese fenómeno en alza que cariñosamente llamo bulería y oficialmente anda anclado en los bulos, en el trapicheo de una información incontrastada que difícilmente podrá ser ratificada, en una palabra, en el consabido uno que conozco y sabe de lo que habla, me ha dicho de buena tinta...

Yo también tengo mis contactos pero llegan hasta donde llegan porque todo lo que ocurre en el seno del Circo es confidencial y quien rompe el código de omertà se ve inmediatamente puesto de patitas en la calle.

Dicho esto, con tanto participante como hay involucrado es razonable pensar que existan filtraciones más o menos bienintencionadas, pero de ahí a cantar ¡tierra! dista un enorme trecho porque las películas o tienen buen guión o acaban dejando las salas vacías, y aquí es donde me pongo serio porque la cinta que ha surgido de unos días a esta parte alrededor de la supuesta gresca que hubo recientemente en Maranello, está llena de redundancias y lugares comunes, en apariencia bien hilvanados, es cierto, pero que así y todo no resisten un ligero roce de uña. Vamos, que es mala de cojones.

En este sentido, los días contados de Fry no son una novedad pues ya se insinuaron en cuanto aterrizó Allison en La Scuderia, de la misma forma que los de Costa empezaron a descontarse en cuanto apareció Pat en el horizonte. Para más señas, precisamente el ex de Lotus es el encargado del proyecto para 2015 y desde la etapa de Domenicali, lo afirmo, lo que dejó en su día al ex de McLaren literalmente con el culo al aire tras los éxitos cosechados y el malestar reinante, porque si no, para qué demonios lo trajeron, ¿para que implicara en algo que ya llevaba avanzado un buen trecho?

En Fórmula 1 las cosas se hacen con tiempo, con bastante tiempo o no se hacen, para ser exactos. Los refuerzos nunca llegan para echar una mano en el presente, si acaso sí para aportar algo, sino para involucrarse en sacar adelante el futuro porque los proyectos son tan delicados que la mayoría de veces no admiten ni la más ligera injerencia. Lo hizo Fry en su día y lo está haciendo Allison desde el verano pasado, porque en F1, mal que queramos, así es la rutina: toma de contacto, participación de oyente y cuando te dicen, a la piscina sin pensártelo dos veces.

Dicho esto, vender la moto de que Fry y Mattiacci casi llegan a las manos porque el primero no cumplió las órdenes del segundo tal que en el Gran Premio de Canadá, es bastante ingenuo incluso con ese telón de fondo que insinúa que Pat quería el puesto de Marco después del abandono de Stefano, y recuerda demasiado a aquello otro que embadurnó al tristemente fallecido Nigel Stepney cuando se las piró Ross Brawn de Ferrari.

Vendettas, rencillas, malos rollos... pero ¿precisamente el fin de semana en que nadie creía en el renacer de la de Il Cavallino, y va la rossa y se casca un viernes de lujo? ¿Y por qué no antes? ¿Por qué no se tiró de contactos para saber dónde andaba metido Lobezno antes del estreno de Magneto en Maranello?

Os leo.