Los entrenamientos de pretemporada suelen ser un terreno abonado a las especulaciones. Siendo honestos y a pesar de la cantidad de líneas que solemos dispensarles, se desconoce todo o casi todo de lo que sucede en su seno porque las escuderías suelen mostrarse muy celosas sobre el contenido de sus respectivos programas de trabajo.
Toda vez que además, la FIA es permisiva con lo que ocurre en su interior salvo que algún artilugio, novedad o cacharro cante demasiado, lo normal, como digo, es que los visitemos a dos velas y a dos velas salgamos de ellos. Eso sí, cuando acaban disponemos de un montón de cifras e infinidad de sensaciones, y precisamente sobre estas últimas voy a echar el rato de esta mañana de domingo ya que de entre todos los equipos que se han presentado en Jerez, el que vibraciones más sabrosas ha servido ha sido mi queridísima y malpagá Williams.
La de Grove no es Red Bul ni Mercedes AMG, ni Ferrari ni McLaren, y de un tiempo a esta parte... bueno, desde hace mucho tiempo, para qué vamos a ocultarlo, se arrastra más por los circuitos que corre en ellos, hasta el punto de que tengo que reconocer humildemente que no esperaba del FW36 ni tanta cosistencia ni tan buenos resultados en tierras andaluzas.
Tras el repunte que supuso que Pastor ganara en Montmeló (2012), los hados parecían haberse confabulado de nuevo contra Williams. El FW35 del año pasado no parecía un mal coche, pero fue que la FIA indicara a Grove que no iba a transigir con la cobertura acanalada que presentaban las acequias de sus escapes, y que el monoplaza se desinflara a renglón seguido, suponiendo para Maldonado y Bottas un quebradero de cabeza tras otro, de los que acaso, cabe destacar que sería el finlandés quien mejor supo sobrellevarlos.
Y bien, Williams anunció en mitad de la temporada 2013 que rompía con Renault tras su corto romance y apostaba por Mercedes-Benz para este año, Pastor se largaba a Lotus mientras se esperaba a Felipe Massa, y entre unas cosas y otras, 2014 empezaba a asomar las orejas bajo la pesada sombra de los ya tradicionales problemas económicos que rodean a la de sir Frank.
No os voy a negar que yo, en particular, era profundamente pesimista sobre el futuro inmediato de la escudería más laureada de la historia de nuestro deporte después de Ferrari y McLaren, y que así creo haberlo exteriorizado en más de una ocasión aquí mismo, en Nurbu. Y hete que por azares del destino, Williams me ha dejado un gratísimo sabor de boca a su paso por Jerez.
El FW36 se ha mostrado convincente. Como monoplaza parece bien equilibrado en pista y perfectamente estructurado alrededor de la unidad de potencia Mercedes-Benz para extraer de ésta sus prestaciones. Tal vez sea ramploncete en sus líneas generales y soso de narices en su carrocería por ausencia de patrocinadores, pero se ha desenvuelto bien y eso es lo que queda: unas bonitas vibraciones y la sensación de que esta temporada, podría ser que fuera que Williams cambiara definitivamente su errático destino para felicidad de sus numerosísimos y pacientes seguidores.
Os leo.
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