A medio camino entre el NO-DO y la cruda realidad, el título de esta
entrada, que busca ser un remedo de la frase que hiciera famosa nuestro
ex presidente José María Aznar cuando ejercía su cargo, viene que ni
pintado para referirse a una escudería, la de Enstone, que yendo con el
culo por los problemas derivados de su retraso a la hora de comenzar a
entrenar en pretemporada y porque la unidad de potencia by Renault anda algo traviesa, sin embargo va bien si atendemos a su nivel de desenvoltura en pista.
No hay magia porque en Fórmula 1 rara vez la hay, pero una
arquitectura aerodinámica basada en el uso de una nariz en el E22 de
este año, extraordinaria en todos sus aspectos, parece ser la clave del
milagro.
Independientemente de que acertara o no con con mis exploraciones al respecto [La cajita mágica],
el coche británico resulta muy dócil sobre el asfalto. Dispone de buena
alineación en recta y se encarrila bien en las curvas para salir
limpiamente de ellas, de manera que si no fuera por las malas pasadas
que le juega el propulsor y sus servidumbres (hoy le ha tocado al tubo
de escape), se podría decir que el E22 es un monoplaza a considerar esta
temporada.
Y hablo en modo condicional y con cierto tono agorero porque mal que
queramos, 2014 va a ser una sesión marcada por la fiabilidad, razón por
la cual todavía hoy en Sakhir, las novedades aerodinámicas están
llegando con cuentagotas porque las escuderías siguen erre que erre
sondeando la resistencia y potencial mecánico de sus respectivos
vehículos, hoy por hoy y precisamente, el endeble Talón de Aquiles de
Lotus.
Quedan tres días de pretemporada y veo complicado un resurgir como
para echar las campanas al vuelo. Bien es cierto que podría equivocarme
como he hecho en otras ocasiones, pero en todo caso, Melbourne está como
quien dice a la vuelta de la esquina y la unidad de potencia gala, a
pesar de que mañana tendrá que recibir el placem federativo,
sigue adoleciendo de una falta de consistencia que asusta, que no afecta
solo a la escuadra negra y dorada, obviamente (la de Gerard Lopez
comparte motor con Caterham, Toro Rosso y Red Bull), pero que por afear
el noble comportamiento del E22 en pista, hace planear sobre él un
pesado manto de dudas.
¿Será Lotus capaz de revertir la situación? Sería profundamente
deshonesto si os dijera que sí. No, no lo creo porque la aerodinámica
este año ha perdido importancia frente a la base mecánica de los autos, y
si está funciona acomplejada o se rompe a las primeras de cambio, por
muy buenas e innovadoras soluciones que se hayan adoptado en el chasis,
en la nose en este caso concreto, el monoplaza lleva encima demasiados boletos para no terminar las pruebas.
Una lástima en todo caso. Lotus, durante 2013, fue un equipo que supo
destacar por momentos, incluso llegando a plantar cara a la
todopoderosa Red Bull, y si con la salida de Kimi su brillo parecía
empañarse ligeramente, la llegada de Pastor Maldonado y el patrocinador
PDVSA se insinuaban como un bonito revulsivo. Pero la pausa entre
temporadas ha sido sumamente difícil para Enstone, con el paso de Éric
Boullier a McLaren como guinda de un pastel que no auguraba nada bueno
como quien dice hace tres días.
Escasa de economía y endeble en lo mecánico, el inicio de la sesión
2014 va a resultar un viacrucis para Lotus, pero va bien, no lo
olvidemos. Mientras, recitemos el mantra aznariano varias veces al día como recomiendan algunos expertos. Lotus va bien, Lotus va bien, Lotus va bien…
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