Siendo fatalistas, se podría decir que la Fórmula 1 ha tenido mala suerte al convivir con una Resistencia en constante auge, con un Mundial de motociclismo totalmente renovado o con ese #Dakar que lleva almohadilla porque África ya no corre por sus venas. Siendo realistas, se podría admitir sin dificultad que la que se dice máxima disciplina del automovilismo deportivo, lleva varada en el mismo arcén perdiendo trenes año tras año.
El espacio abierto entre el final de una temporada y la apertura de la siguiente siempre supone un buen lugar para ir acomodando reflexiones. ¿Adónde vamos, de dónde venimos, qué tal están ustedes...? Si ayer mismo parloteaba sobre lo cansino que resulta no saber dónde meterse porque la información nos llega a los aficionados con cuentagotas y no hay manera de meterla mano, hoy toca mencionar cómo frente a otras actividades deportivas del motorsport y aledaños, la Fórmula 1 parece inasequible al desaliento pero inamovible, mientras pierde interés a pasos agigantados a la par que eventos como el #Dakar, desarraigado y para algunos descafeinado por haber vuelto la espalda al sueño original de Thierry Sabine, ganan enteros conforme cada nueva edición que pasa.
Estamos en enero y cualquier cosa ganaría a la F1 por goleada porque ésta ha declinado oponer resistencia, es de perogrullo pero había que mencionarlo, aunque para colmo de males, los seguidores de todo esto disponen del #Dakar para quitarse el mono y probar algo de ruido y olor a combustible, aunque sea de forma vicaria a través de los canales de televisión. Sea como fuere, el raid por antonomasia llega puntual a su cita y durante sus jornadas de duración, resulta grotesco intentar siquiera hacerle sombra.
No está mal, está bien, entendedme, está muy bien. Lo que no quita que uno extrañe algún tipo de evento que despeje la sensación de que la Fórmula 1 muere entre finales de noviembre de un año y finales de enero del siguiente. Sería sencillo. A mí me lo parece. Los coches de la sesión pasada están ahí y hay numerosos pilotos con ganas de probar bocado. Montar un pequeño campeonato resultaría interesante. A las escuderías les ayudaría a quitarse el polvo y las telarañas de encima mientras preparan las herramientas que usarán la temporada siguiente, a sopesar qué tal va la gente que normalmente anda entre bambalinas una vez ha sido situada en puestos más nobles. Los patrocinadores y Pirelli lo agradecerían y los conductores noveles también, y por supuesto, los aficionados daríamos chalos con las orejas.
Se podrían utilizar circuitos alternativos: Portimao, Magny-Cours o Paul Ricard, Cheste, Mugello, incluso Yeongam por aquello de no dejarlo morir tieso después de haberlo construido. Bastarían cinco o seis pruebas para declarar un campeón de invierno que no tuviera que responder al nombre de Sebastian Vettel. Aire en todo caso, que sería de agradecer, si no para contrarrestar la enorme potencia del #Dakar, al menos para recordarnos que como máxima expresión del automovilismo deportivo, disponemos de bazas con las que jugar en épocas de sequía.
Me bajo del guindo y vuelvo a depositar mis pies en el mundo que nos ha tocado vivir... A ver, asumiendo que el #Dakar resulta intratable, hay ganas de automovilismo y las matamos con un espectáculo iridiscente que corre en tierras y desiertos lejanos, pero si hubiese alternativas, si al menos se planteasen, el #Dakar seguiría siendo el mismo pero nosotros, quizás algo más felices.
¿Adónde vamos, de dónde venimos, qué tal están ustedes...? Nos leemos.
Estamos en enero y cualquier cosa ganaría a la F1 por goleada porque ésta ha declinado oponer resistencia, es de perogrullo pero había que mencionarlo, aunque para colmo de males, los seguidores de todo esto disponen del #Dakar para quitarse el mono y probar algo de ruido y olor a combustible, aunque sea de forma vicaria a través de los canales de televisión. Sea como fuere, el raid por antonomasia llega puntual a su cita y durante sus jornadas de duración, resulta grotesco intentar siquiera hacerle sombra.
No está mal, está bien, entendedme, está muy bien. Lo que no quita que uno extrañe algún tipo de evento que despeje la sensación de que la Fórmula 1 muere entre finales de noviembre de un año y finales de enero del siguiente. Sería sencillo. A mí me lo parece. Los coches de la sesión pasada están ahí y hay numerosos pilotos con ganas de probar bocado. Montar un pequeño campeonato resultaría interesante. A las escuderías les ayudaría a quitarse el polvo y las telarañas de encima mientras preparan las herramientas que usarán la temporada siguiente, a sopesar qué tal va la gente que normalmente anda entre bambalinas una vez ha sido situada en puestos más nobles. Los patrocinadores y Pirelli lo agradecerían y los conductores noveles también, y por supuesto, los aficionados daríamos chalos con las orejas.
Se podrían utilizar circuitos alternativos: Portimao, Magny-Cours o Paul Ricard, Cheste, Mugello, incluso Yeongam por aquello de no dejarlo morir tieso después de haberlo construido. Bastarían cinco o seis pruebas para declarar un campeón de invierno que no tuviera que responder al nombre de Sebastian Vettel. Aire en todo caso, que sería de agradecer, si no para contrarrestar la enorme potencia del #Dakar, al menos para recordarnos que como máxima expresión del automovilismo deportivo, disponemos de bazas con las que jugar en épocas de sequía.
Me bajo del guindo y vuelvo a depositar mis pies en el mundo que nos ha tocado vivir... A ver, asumiendo que el #Dakar resulta intratable, hay ganas de automovilismo y las matamos con un espectáculo iridiscente que corre en tierras y desiertos lejanos, pero si hubiese alternativas, si al menos se planteasen, el #Dakar seguiría siendo el mismo pero nosotros, quizás algo más felices.
¿Adónde vamos, de dónde venimos, qué tal están ustedes...? Nos leemos.
Diciembre es mes de reflexión por la temporada que ha terminado y la que pronto empezará.Enero es mes de Dakar, de Montecarlo y de contrición formulera. Amén.:-)
ResponderEliminarSaludinos.
Estimado José, tu propuesta me resulta tan loable como imposible de conjugar a los ojos de algún "pope" de la máxima.
ResponderEliminarImagínate por caso el disgusto que le daría al tío Bernie contemplar a ambos Red Bull sacarle vaaaaarios segundos al resto, ver a las Ferrari en el 6to o 7mo puesto, o a los Lotus salir segundos solos...
Por eso digo, tu propuesta sería tan esclarecedora como improbable de realizar.
Un abrazo desde el Coño Sur.