Eso, y van no sé cuantas veces que lo digo: ¡jodido Adrian!, y no me cansaré de repetirlo porque el mago de Milton Keynes es una de esas piezas que te permiten entender una época, la clave que hace asequible el arco románico, que hoy impide que el acueducto de Segovia se venga abajo y mañana consigue que el RB7 aniquile a sus rivales sobre cualquier asfalto.
Otrora manantial donde los medios y aficionados se miraban para llamar conservadores a los coches de sus enemigos, anda estos últimos años exprimiendo una idea que en 2011 fue arrolladora y que los incautos presuponíamos casi agotada, y ahora que ha cambiado el reglamento, se postula en público casi como una plañidera...
No le creáis. Adrian es un lobo. Rodea a su presa en silencio y se deja ver sólo cuando resulta imprescindible. La presiona desde la distancia, le da aire pareciendo que queda atrás pero él siempre avanza mientras ella comienza a desfallecer, cansada. Aparece, desaparece, gesticula, se rasga una u otra vestidura, clama al cielo porque la FIA perjudica a Red Bull, porque le ha quitado su juguete, porque dice, los escapes no pueden soplar sobre el difusor y porque el alerón delantero es hoy más pequeño en dimensiones que antes.
Guarda un as en la manga, Adrian siempre lo guarda. Habla para que los demás yerren mientras atienden a sus palabras. Señala para que los otros se equivoquen. Sale de su madriguera sólo para que le observen, para que los ingenuos sopesen en qué demonios está pensado y desprecien de paso sus propias ideas.
Si apunta a una salida de los escapes demasiado alta, él ya ha comprendido cómo hacer para que el calor residual salga sobre el fondo plano en el lugar adecuado, mientras abajo, ejerce toda su potencia calorífica en el punto preciso. Si advierte que tiene problemas porque el ala delantera es más corta, él ya sabe cómo aprovecharla. Si fija su vista en la multitud de problemas que aquejan al RB10 no es por otra cosa que porque quiere que creamos que sufre problemas...
El vehículo austriaco para 2014 fue ideado seguramente en 2011 y diseñado en 2012, y ha pasado todas las pruebas, de túnel de viento y de testeo en simuladores. Con toda seguridad, Seb ya lo ha conducido virtualmente durante 2013 y muchas de sus soluciones ya las hemos visto aunque no hayamos reparado en ellas. Adrian juega sobre seguro y anda entreteniéndonos a nosotros y a los rivales con pequeñas bengalas cuyo fin último consiste en distraernos.
El RB10 va a estar en sintonía con sus mayores, desde el RB5 al RB9, y va a ser el enemigo a batir no porque la FIA le allane el camino como ha venido haciendo estos últimos años con sus precuelas, sino porque Adrian es de los que piensan antes, mucho antes, de los que dan dos veces por dar primero. Porque Newey es un lobo disfrazado de cordero que no repara gastos en poner pegatinas en el lomo de sus creaciones para que cuando nos demos cuenta del ardid, sea siempre demasiado tarde.
Nos leemos.
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