Apenas recién terminada una temporada que ha quedado marcada, para bien o para mal, por la estúpida intervención de Pirelli y el paraguas protector que le han tendido Ecclestone y la FIA, haciendo pelillos a la mar con lo sucedido y prolongando su contrato como proveedor único para la máxima categoría, la milanesa volvió a dar muestras ayer, durante las pruebas de nuemáticos para 2014 que se están celebrando en el circuito de Sakhir, de que la Fórmula 1 le viene demasiado grande.
Como conocemos desde ayer tarde, a más de 300 kilómetros por hora, el W04 de Nico Rosberg sufría un reventón que le llevaba a trompear y a quedar dañado, lo que obligaba a Mercedes AMG a abandonar los test.
Sin duda hay quien dirá que estamos ante un incidente menor, algo en cierta medida intrascendente gracias a Dios y a la seguridad global que rodea en la actualidad la actividad de los pilotos y sus vehículos, y sería admisible, sí, si hubiese sido una circunstancia aislada y no la aparente continuación de un rosario de despropósitos que ha salpicado la sesión y que alcanzaron su climax en Silverstone. Por suerte no queda más tiempo este año para nuevas sorpresas, aunque bien cierto es que la jornada de hoy podría ofrecernos alguna más a poco que se decuide algún equipo.
Vamos a ver. Los monoplazas que se están usando en Barhein son los de este año y al parecer la nueva propuesta de gomas es más cauta que la gama 2013 a tenor de los tiempos obtenidos. Bien, este es el escenario a evaluar y en mi humilde opinión no caben mayores florituras para describirlo, y por tanto, es éste el entorno en donde se debe encajar el nuevo reventón.
La entrega de potencia de los motores turbo que
se estrenarán sobre el asfalto en apenas dos meses es todavía un enigma —razón por la cual las pruebas se hacían totalmente necesarias en aras
de atar la mayoría de cabos pendientes ante un campeonato radicalmente
diferente a lo que hemos podido ver hasta el momento—. En otro orden de cosas, los diseños de este próximo año ya están avanzados, por no decir culminados a falta de ser probados en pista, y se han elaborado a partir de las especificaciones que ha dado Pirelli a las escuderías... y la necesaria confianza ha vuelto a saltar por los aires haciendo aflorar viejos fantasmas.
Es cierto que a falta de mejores datos, el reventón ha podido ser casual, pero también lo es que llueve sobre mojado porque la desintegración de una rueda no es una delaminación ni un problema de graining o blistering excesivo. Señala a la estructura, un componente esencial para la vida de un neumático que además, queramos o no, afecta al equilibrio y la seguridad del vehículo en orden de marcha, y como decía más arriba, el asunto desgraciadamente, no es nuevo.
Nico afirmaba ante los micrófonos haber sufrido «un trompo a 320 kmh en la recta de Bahrein porque mi neumático explotó sin previo aviso. Por eso ahora creo que necesito un poco de papel higiénico...» Papel higiénico que siendo tendenciosos no sabemos si alude a la limpieza de los propios pantalones del piloto o a los restos de unas gomas que han vuelto a demostrar que no sirven para formar parte de la Fórmula 1.
Surgirán excusas oficiales, incluso razones para explicar lo ocurrido, pero la milanesa necesitaba crear confianza alrededor de sus productos para 2014 después de lo vivido en 2013, y Pirelli lo ha petado de nuevo. ¿Qué queda ahora. Endurecer más los compuestos, esperar a primavera del año próximo para ver por dónde tiramos?
Nos leemos.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.