El caramelo [Interlagos]

Lo de las crónicas de las carreras se ha convertido en un recurso al menos tan hueco como muchos otros de los que usamos en la bloguería para que desde la twittería y los comentarios nos tiren chinas.

Me molaban antes del diluvio, cuando creía ingenuamente que aportaba algo, pero de un tiempo a esta parte, sinceramente no me encandilan que digamos. No sé si por las numerosas razones de fuerza mayor que han asolado mi otoño apartándome del día a día, por lo que comentaba al principio de lo ingrato que resulta o porque sencillamente narrar una prueba que antes que tú han contado mil plumas más no tiene puñetera gracia, paulatinamente me he ido volviendo perezoso y cicatero en este aspecto hasta el punto de que hoy, doce días después de que se celebrase el Gran Premio de Brasil, último puntuable del calendario 2013, he tenido que reanimar asistidamente mis entumecidos recuerdos por ver si remato la faena y dejo concluida la etiqueta correspondiente a esta temporada, porque esta vez sí, lo juro, ésta será la última crónica de una carrera que hago.

Retrocedamos en el tiempo y no hasta el domingo 24 de noviembre, sino al sábado 23. La calificación había ido bien con lluvia y todo, hasta que Charlie Whiting decidió postergar la celebración de la Q3 para poner el semáforo en verde con peor asfalto y meteorología que se había cerrado la Q2, pero con mejores expectativas a la hora de evitar que las Pirelli para mojado volvieran a mostrarse totalmente inútiles gracias al buen drenaje de Interlagos. Así que con mixtos (vitola verde), Sebastian Vettel alcanzaba la enésima pole, seguido por Nico Rosberg y por Fernando, quien habiendo cometido un error en su vuelta lanzada, quedaba definitivamente tercero.

Al día siguiente, sobre asfalto seco y con previsión de un agua que terminó por no hacer acto de presencia salvo en versión cuatro gotas, el Gran Premio brasileño se inició sin excesivos sobresaltos. Sí, Rosberg rentabilizó la mala salida de Seb y Lewis les ganó la tostada a Mark y Fernando, pero la ilusión duró más bien poco. El virtual tetracampeón machacaba a su compatriota y empezaba a largarse como viene siendo costumbre, y el Nano, tras desembarazarse de Hamilton, se ponía a la cola del W04 de Nico con Webber a su zaga.

En esto que en el giro 4 Grosjean rompe motor dejando que la lucha por el subcampeonato en la de constructores quede en un mano a mano entre Ferrari y Mercedes AMG, pero esto tampoco supuso mayor aliciente, porque desde que el aussie adentantara al asturiano de La Scuderia, allá como en la vuelta número 13,  el podio ya estaba firmado con los dos Red Bull en posiciones delanteras (¿hacen falta más señas?) y Fernando en la tercera. Detrás del de Oviedo, Felipe Massa estaba resultando exultante, hasta que por pasarse por el forro una normativa que a otros no hacen pupa, Dirección de Carrera mete un drive-through totalmente merecido aunque un poco extemporáneo al paulista en su lucha con el de Stevenage, y Mercedes AMG ya es subcampeona del mundo en el de marcas...

Tiempo después, quién sabe si habiendo tomado conciencia del despropósito cometido sobre el brasileño, Whiting y su gente penalizan a Lewis por un lance de carrera habido con Bottas al menos tan tontorrón como la supuesta felonía cometida por Massa ante su público, pero como digo, la cosa ya está lista cuando la prueba ha superado la mitad de su duración. Mercedes AMG es segunda en la tabla de constructores y nadie va a cambiarlo.

Los últimos giros son un vulgar pasapalabra. La cabeza de la carrera permanece inalterable y el interés de la prueba se traslada a pequeños eventos que salpimentan el Gran Premio hasta hacernos olvidar el tedio sufrido en las carreras anteriores. Todo el mundo tiene ganas de terminar, y por fin la temporada concluye con un dulce en la lengua.

Gana Sebastian Vettel, secundado en el podio por Mark Webber. Fernando Alonso concluirá tercero. Tras él, un inopinado Jenson Button que ha sabido llevar su McLaren donde nadie imaginaba, un exhausto Nico Rosberg en quinta posición y un soberbio y terminal Sergio Pérez en la sexta. Felipe Massa hará séptimo por delante de Nico Hulkenberg y Lewis Hamilton. Y ya doblado, Daniel Ricciardo meterá de nuevo a Toro Rosso en los puntos, consiguiendo la décima plaza.