Cuando las telemetrías sirven de algo

De todo este lío en el que nos hemos visto envueltos sin comerlo ni beberlo, sólo me queda claro que en la cuenta de Facebook de Lewis hay mejores fotos que en la de Nico, y que si las telemetrías no sirvieron de nada a Mercedes AMG en los 1.000 kilómetros que se metió echándole una mano a Pirelli después del Gran Premio de España, los W04 de la anglo germana debían estar saturados de sensores, porque si no fue así, nadie puede explicar este salto cuantitativo y cualitativo que ha sufrido la de Brackley, pasando en un puñado de carreras de comerse los neumáticos crudos, a llevarlos a su puntito exacto en la barbacoa.

Misterios indescifrables aparte, lo que no necesita de explicación es esa forma de mostrarse ante los mortales que tiene Lewis a una vuelta cuando el coche acompaña, y que hoy como hace siete días, ha llevado al de Stevenage a calzarse la pole en Nürburgring.

Mañana será otro día, sin duda. Zarpar con los compuestos blandos de la milanesa sobre una sartén que se prevé muy caliente, supone según los entendidos que habrá que entrar en garajes en apenas un suspiro, aunque tal y como va el nivel de descrédito que acumulan los gurúes de la cosa (sin tener un gramo de culpa, que quede bien claro), a lo peor nos encontramos con que aguantan lo que les echen y los tifosi nos llevamos un susto de muerte.

Bien mirado sería una bonita despedida para Mercedes AMG este año. Brawn es hombre de palabra y hace unos meses ya avisó de que para verano se metían a saco con el cacharro de 2014. Con una panoplia que atesora seis poles y tres victorias si contamos la de mañana, que además se celebraría en casa, el británico habría salvado el tipo ante la plana mayor de Stuttgart y contaría con el apoyo necesario para encarar el año que viene sin tener que tolerar ser mirado por encima del hombro por Toto y Niki, o por Niki y Toto, como mejor os plazca.

En este sentido, la aparición, nunca mejor dicho, de Norbert Haug en el box de la de Brackley sonaba rarita rara. También ha sonado ¿extraña?, la metedura de pata que ha tenido la de las flechas de plata con Nico Rosberg, y más si cabe, que el propio Brawn haya entonado el mea culpa por el estúpido sacrificio del único tipo que podía poner en riesgo los planes para mañana, y es que mañana, como decía más arriba, será diferente.

Con tanto depliegue de números que ha puesto la FIA sobre la mesa para que Pirelli no se resienta más de la cuenta tras lo de Silverstone, lo normal es que dentro de unas horas Nüburgring hierva en rosso y negro con vitola dorada. Es pronto aún para decirlo, pero mi bolita de cristal ya me ha susurrado que el podio alemán lo compondrán Lewis Hamilton, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen, y por este mismo orden; que los Red Bull no van a tener un gran día y que el proveedor único quedará resarcido ante los ojos del público, la prensa y los aficionados, de manera que lo del Gran Premio de Gran Bretaña podrá ser considerado agua pasada y no figurará en el expediente de la italiana, empresa a la que el propio Bernie felicitará por el trabajo realizado en aras de devolver la normalidad al Circus.

Me falta algo y no sé qué es… ¡Ah, sí! En Hungría Mercedes AMG no se va a comer un colín. Las evoluciones que llevará la de Brackley a la cita magiar no resultarán como se esparará de ellas, y a vuelta de vacaciones, Brawn anunciará que la escudería se concentra en el trasto de 2014, cosa que no podría hacer si mañana hubiese doblete, para más señas, pero que será factible y creíble si gana Lewis en casa.

Bueno, que os leo.

[Publicado en Diariomotor]