Lo que hace casi un año era una simple sospecha [Pues va a ser que no]
es a día de hoy una certeza incontestable. La calificación ha perdido
importancia en la disputa de una prueba y cada vez es más habitual ver
cómo durante los sábados los pilotos se limitan (es un decir), a jugar
la primera mano de la partida sin que importe tanto quién es realmente
el más rápido en pista.
Este nuevo valor estratégico de la fase de calificación se
ha ido abriendo paso como de puntillas, pero en la actualidad supone un
elemento clave para leer las carreras… si se pudiera leer algo, porque
lamentablemente son demasiados los valores que cabe integrar en la
ecuación para sacar en claro una estimación con sustancia y visos de
acercarse a la realidad, y todo ello, gracias a un componente que antaño
era una simple herramienta y hoy se ha posicionado como la diva de las
pruebas.
Me refiero obviamente a los neumáticos, y
aunque pueda resultar cansino, me gustaría reflexionar en estas horas
previas a la celebración del Gran Premio de España, sobre la calidad de
la información que manejan los chicos de Hembery a la hora de elegir sus
compuestos para una carrera, o mejor dicho, en qué demonios piensa la
milanesa para llegar a complicar tanto la vida de pilotos y máquinas,
porque lo cierto es que entender el deporte, en su nuevo contexto, pasa
ineludiblemente por erradicar de nuestras mentes aquello de que los
pilotos luchan contra el trazado, su vehículo y las circunstancias de la
prueba, y por asimilar de una vez por todas, que pelean realmente
contra las gomas de sus monoplazas y que Pirelli es el auténtico enemigo
a batir.
Y aquí viene la madre del cordero, ya que la italiana es de lejos, el elemento más opaco del paddock, de manera que entresacar algo en claro de sus constantes vaivenes se ha convertido en un deporte de riesgo.
Así las cosas, la gama para 2013 era sobre el papel más blanda que la
de 2012, pero ha resultado un pozo de sorpresas que delata lo que ya
intuíamos muchos: que Pirelli improvisa y miente, o que miente porque
improvisa, o que se ve obligada a improvisar precisamente porque nunca
ha tenido las cosas claras. Sea como fuere, «algo huele a podrido en Dinamarca» y ya va siendo hora de que alguien haga algo, porque no querer interferir en la competición (Hembery dixit)
e interferir tanto, son dos conceptos totalmente incompatibles que
definen un escenario de todo punto inadmisible en un deporte que farda
tanto de ser la máxima expresión en esto del automovilismo.
Llegados aquí, tenemos hoy mismo una bonita oportunidad de ver de
nuevo cómo Pirelli sigue liándola por mucho que prometa buen
comportamiento. El Gran Premio de España se va a iniciar en apenas una
hora y la elección de medios (distintivo blanco) y duros (distintivo
naranja) ya ha grangeado algunos quebraderos de cabeza a los equipos y
pilotos durante los dos días anteriores y promete una media de 4 pasos
por garajes, amén de destartalarnos la lectura previa de la prueba ya
que ayer, durante la calificación, todo fueron enigmas, mucha cautela y
en el fondo excesivo ruido.
Hay razones, lógicamente. La gama 2013 de la milanesa se ha mostrado
demasiado débil en su franja baja (superblandos y blandos), y de suyo es
normal que para Montmeló se haya optado por endurecer el option
a base de cambiar los blandos por los medios. Pero estos últimos
tampoco se han mostrado efectivos, de manera que unas gomas que no
resisten las condiciones del asfalto se gastan antes, pero como los
juegos que puede usar cada vehículo son los que son y ni uno más, hay
que ser en extremo cicateros con ellas para que haya suficientes juegos
para llegar al postre. La FIA podía haber hecho como en Spa 2011 y haber
abierto la mano para favorecer el espectáculo permitiendo la llegada de
refuerzos, pero nadie ha movido un dedo…
Como digo, hay razones que explican lo que está sucediendo, pero honestamente tengo que volver a repetir que no son de recibo.
Y tanto que ha perdido importancia la calificación. Hoy, viendo la carrera con un cuñado que sólo ve la F1 si le pilla bien, he ganado una apuesta con trampa: él apostó por Hamilton. Yo lo hubiera hecho también e n otras circunstancias, pero es que mi cuñado no lee este blog.
ResponderEliminarYo le dije que casi con toda probabilidad ni Rossberg ni Hamilton acababan en los puntos, y casi lo bordo.
Los pirelli son una caca.
Y Mercedes una estafa, todo hay que decirlo.
Sólo que parece que esta vez esos neumáticos de mierda favorecen a Ferrari... así que no sé si quiero que cambie la cosa. Por lo menos parece que hay un equilibrio con Red Bull.