Mika Hakkinen, quien fuera bicampeón del mundo en activo y hoy un
emblema ante el que sólo cabe arrodillarse, no ha quedado satisfecho con
lo mostrado por Mercedes AMG en Jerez, y así lo ha exteriorizado
recientemente.
Reconozco que no soy quién para enmendarle la plana, pero sí me
gustaría matizar lo que llevo dicho desde diciembre pasado: los
entrenamientos no significan nada, aunque siguen significándolo todo. Y
al hilo, me gustaría, también, recordarle al finlandés que los tiempos
corren que se las pelan, y que modifican los estatus y las cosas
consabidas, dadas por supuesto, sabidas a pie juntillas, en definitiva,
de manera que le convendría aceptar que las normas que a él le
sirvieron, no tienen por qué servir ahora que su presencia se echa de
menos.
Las reglas son un simple marco de
comportamiento que cumple con una coyuntura precisa. Visto así, no es de
extrañar que Mika eche en falta algo más de velocidad punta en los W04,
aunque bien mirado, con que los coches de la estrella de las tres
puntas no devoren los neumáticos como antaño, deberíamos todos, él
incluso, darnos por satisfechos, porque de nada vale ahora calificar
bien si en carrera el mal uso de los compuestos, su desgaste extremo,
deriva en una paulatina pérdida de opciones a lo largo de la carrera,
que desembocará inevitablemente en el pertinente doblado de rodilla ante
unos rivales que sin ser más rápidos, acabarán por mirarnos desde los
retrovisores si aguantamos la tralla, o ni siquiera eso, si no somos
capaces de aguantar lo que nos echen.
Ser rápido en 1998, 1999 o 2000, no suponía lo mismo que ser rápido
en 2012. Tanto ha cambiado la cosa que hasta esto que resulta tan
sencillo de comprender tirando de perspectiva, no vale en esta
actualidad que nos consume a ritmo vertiginoso.
Sigue habiendo necesidad de calificar bien los sábados (¡nos ha
jodido!), pero los domingos hay que evitar arrugarse, y a cualquier
precio.
Tan es así que mastuerzos (dicho sea con todo mis respetos), como
Maldonado o Pérez, han cosechado buenos números en la temporada pasada,
sin necesidad de ser buenos lebreles. Fernando, sin ir más lejos, o
incluso Sebastian, han conseguido más rebañando en carrera que
manifestándose en calificación. Y no es pecado lo que digo,
entiéndaseme; es concepto, adecuación a una forma de entender las
carreras que pasa por asimilar que de un tiempo a esta parte, las
pruebas se planifican atendiendo a todo el fin de semana y no sólo a
uno, o dos, de sus días, porque ahora interviene una cosa que se llama
Pirelli.
Mika ha mirado con ojos clavados en la tradición y en la ortodoxia, y
así es normal que las cuentas no le salgan, lo que no impide que los
que sabemos de la Esteban y de que por su niña ella mata, hayamos
valorado sobremanera que Mercedes haya resuelto o esté en vías de
hacerlo, el asunto crucial del cuidado de las gomas que calzan sus
monoplazas para este año.
Red Bull es la campeona del mundo en modalidad pilotos y marcas sin
ser la más rápida, pero sí en cuanto al cuidado de sus zapatos. Los
zapatos, Mika, los zapatos, eso es ahora lo más importante, y te digo
que Mercedes ha empezado a cuidarlos, y que si prospera en ese aspecto,
Lewis y Nico podrán optar a cualquier cosa aunque no sean notablemente
más rápidos que sus rivales.
Los zapatos, las Pirelli, Mika, así de cutre se ha convertido la
comprensión del mundo, así de lamentable se firma la posibilidad de
terminar carreras…
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