Como en las malas películas de terror, en Montmeló, el monstruo ha
entrado demasiado pronto en escena, estropeándonos el suspense y el
ratito de miedo por el que hemos pagado en ventanilla.
Aunque parezca mentira, Pirelli, que en sentido estricto debería
permitir que las escuderías dieran espectáculo incluso en pretemporada,
se propone de nuevo en 2013 como la bailarina por la que suspiraba el
soldadito de plomo en el cuento, un imponderable narrativo, un algo que
no sé cómo demonios definir, que impide en todo caso que los equipos
puedan evaluar correctamente sus vehículos, pasando así de ser una
herramienta al servicio de, a convertirse por arte y amplitud de miras de la FIA, en el elemento clave al que toda la parrilla rinde pleitesía.
No estamos ante un problema menor por
mucho que lo parezca, o por mucha insistencia que muestren algunos en
seguir afirmando que en todas las épocas de este deporte, los ingenieros
y pilotos se han visto en la obligación de entender las gomas,
porque una cosa es entender cómo funcionan para que el monoplaza
obtenga con ellas su pleno rendimiento, y otra muy distinta, que haya
que luchar con los neumáticos, a dentelladas si hace falta, porque por
esas cosas que tienen los nuevos tiempos que corren, la mecánica, buena
parte de la aerodinámica y por supuesto las manos del piloto, pasan a un
segundo plano en cuanto se manifiestan las peculiaridades de las Pirelli.
Y es que no estamos en los cincuenta o sesenta del siglo pasado, ni
siquiera en los setenta y ochenta, o incluso en buena parte de los
noventa. Tenemos los pies clavados en pleno siglo XXI y existen
herramientas suficientes como para que los datos ofrecidos por el
fabricante no requieran de una ardua experimentación sobre el terreno.
Bastaría incorporar la información que facilita o más bien, debería
facilitar la milanesa a los equipos, para que ninguno de ellos se viera
en la tesitura de terminar dando cabezazos contra el hormigón de los boxes
en cuanto las pruebas en pista comienzan a arrojar incalificables
sorpresas. Y lo digo desde la convicción de que puesto que Pirelli ya
tiene previstas las gomas que se van a usar en los primeros cuatro
Grandes Premios del año, cabe preguntarse en base a qué demonios de
empirismo ha tomado sus decisiones si Fernando acaba de decirnos que las
gomas de pretemporada se degradan demasiado rápido como para obtener
datos fiables del coche, y Vettel le ha secundado afirmando que resulta
sumamente dificil gestionar los compuestos.
¿Qué sabe Pirelli que no saben los departamentos de ingeniería? ¿Cómo
puede estar segura de que funcionarán en Australia, Bahrein, China y
Malasia, si en Barcelona, en la segunda semana de tests, no hay
por dónde cogerlas? ¿Las quejas de Hembery sobre el trazado de Jerez
eran honestas, o suponían una tirita preventiva? ¿Va a haber quejas
también sobre las características de Montmeló, o cambiará el
suministrador único la calidad de sus compuestos antes de Melbourne,
convirtiendo en agua de borrajas todo el esfuerzo realizado por las
escuderías en febrero y marzo, y en una nueva lotería el inicio de la
temporada?
Juro que no entiendo absolutamente nada, lo que me lleva a preguntar
qué pensaríamos si los suministradores de combustible, por poner un
ejemplo que espero sea comprensible, no pudieran certificar —R.A.E.; Certificar. (Del lat. certificāre). 1. tr. Asegurar, afirmar, dar por cierto algo—
ni la viscosidad de la gasolina, ni su ratio de consumo, ni su volumen
por centímetro cúbico, etcétera, y dejaran que fueran los equipos los
que lo fuesen descubriendo por simple ejercicio de prueba y error, en
aras de favorecer el espectáculo, cómo no, en un tiempo tan vital para
el desarrollo del calendario como es la pretemporada.
¿A qué juegan Pirelli y la FIA?, porque si es a interpretar a la princesa prometida, me apetece señalar que el engendro tiene demasiados aires de bruja como para tomárselo en serio en su papel de protagonista.
Quizás el problema no son los zapatos, sino el pie: Pirelli ha usado el Renault r30 de 2010 para preparar los neumáticos de los monoplazas de este año, que no tienen nada que ver con aquel Renault. Sí es cierto que, por lo menos ese Renault tenía ya el depósito grande que llevan ahora los coches y similares especificaciones de peso, y es posible que los neumáticos de este año se ajusten mejor que los del año pasado. Me parece recordar que para preparar los neumáticos de 2012 usaban un Toyota de 2009, lo cual era un verdadero disparate.
ResponderEliminarClaro, la gente se pregunta por qué ninguna escudería ha fichado a Alguersuari, si se supone que conoce perfectamente esos neumáticos y podría aportar informaciön valiosa sobre sus características y sus rangos de uso... Creo que la respuesta es obvia: porque la información que aportarìa no es valiosa ni extrapolable. No serviría para nada.
¿Qué buscan?.En mi opinión, lo mismo que el año pasado: Mucho lío en los primeros GGPP,imprevisibilidad en el resultado con muchos vencedores distintos, "competencia" :);), que los medios gneralistas hablen de la emoción de la F1, entender perfectamente qué tipo de neumático le va mejor a cada coche/cada equipo para controlar la marcha del campeonato desde el verano eligiendo las gomas para cada carrera según unos oscuros intereses que conoceremos en Noviembre de 2013,tras explicarnos que los equipos "ya entienden mejor el comportamiento de los neumáticos..."
ResponderEliminarAficionando: Para 2012 y 2013 se utilizaría el coche que fuera, pero ¿por qué se vuelven a cambiar hacia la incertidumbre cuando ya conocen perfectamente cómo se comportan todos los compuestos en todos los coches, circuitos y prácticamente todas las situaciones?. Yo me imagino la respuesta:Afán de manipulación.Otra vez. Y mi pregunta ¿es que los equipos no protestan airadamente por esta maravillosa medida "ahorradora de recursos y ecológica" que te mueres de la risa?.Un saludín.
Problema: el circo se ha quedado sin payasos.
ResponderEliminarSolución: una pista de hielo. Todos reirán cuando el domador de un resbalón ante sus fieras. No es por lo que el público había pagado pero seguro que se sorprenden con el nuevo espectáculo.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
Mientras tanto, siempre nos quedará Kimi para divertir a los idiotas entre función y función.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=GAm1be_tPUY
Saludos de nuevo
La diferencia entre lenguaje y comunicación es semejante a la que hay entre la "inteligencia artificial" y la "inteligencia humana," en el sentido de que un ordenador "maneja lenguajes" pero de ningún modo puede comunicarse.
ResponderEliminarEl primer cimiento de la comunicación es la "voluntad de entenderse" y es tan poderosa que en muchas ocasiones corrige de forma automática pequeños erroresen el uso de llenguaje que devolverían loca a cualquiermáquina. Es tan poderosa la "voluntad de entenderse," digo, que es precisamente en esa atribución que hacemos a nuestros bebés en la que se basa el que aprendan nuestra lengua "materna" y a usarla para comunicarse, sin esa "fantasía" jamás lo conseguirían. Es tan poderosa que una mala cobertura GSM no impide que entendamos todo lo que nos dice nuestra enamorada. Es tan poderosa que podemos entender bastante más de lo que creemos a alguien que nos habla en un idioma que no conocemos o que solo nos suena un poco (n´est-ce pas?), y precisamente en este fenómeno se basa la "inmersión" como técnica para facilitar el aprendizaje de idiomas.
Es tan poderosa la "voluntad de entenderse" que es precisamente la primera norma ética de la comunicación humana, porque como cualquier actividad humana la comunicación también tiene su ética.
¡Saludos!
Y yo añadiría, J-CAR, si me lo permites, que hay mentes tan planas que su volumen se mide perfectamente en centímetros cuadrados, porque sobra una dimensión. Un saludo.
ResponderEliminarXDDDDDDDDDD
ResponderEliminarXDDD Gracias, J-Car, Gring, incluso Anónimo... Esto es bueno, tengo que seguir aprendiendo y estoy con buenos maestros ;)
ResponderEliminarUn abrazote tierno.
Jose