Si la belleza puntuara en F1, daría ex aequo el campeonato, y
ahora mismo, al STR8 de Toro Rosso y al FW35 de Williams que ha sido
presentado hoy mismo en el cirtuito de Montmeló, al inicio de los
segundos entrenamientos oficiales de pretemporada. Y su tuviera que
deshacer el empate técnico, aunque confieso que pestañaría un poco,
también admito que seguramente me decantaría por la máquina de Grove
para este año.
Dicho lo cual, el monoplaza de Williams es el último de los
participantes que hace acto de aparición, oficialmente, se entiende, con
lo que podemos par por cerrada la parrilla 2013 constatando que como se
preveía, las líneas maestras de la práctica totalidad de vehículos
coinciden.
Así las cosas, el FW35, consecuencia
lógica de su antecesor el FW34, se adapta al nuevo contexto y nos
presenta un morro elevado que ofrece en la parte delantera un generoso
espacio abierto enfocado a recibir el flujo delantero, que previo paso
por el splitter, recorrerá los laterales del coche con
dirección hacia una zaga limpia de formas y muy amplia de dimensiones
interiores. En este sentido, los pontones parecen muy bien esculpidos en
aras a servir correctamente a la tarea de aprovechar los flujos bajos y
circundantes de la carrocería, para encauzarlos sin obstáculos hacia
unas salidas de escapes —que se dibujan al estilo Coanda en acequia
curvada, más adelantadas que en el caso del Williams de 2012—, desde
donde serán gobernados para ser enfocados hacia la parte alta del
difusor y el vano del alerón trasero.
Distinguida por una terminación del cubrecapot muy similar a
la ya vista en el FW34, redondeada y dotada de una gran aleta, la
carrocería alta parece haber sido dibujada de una pieza. Así, desde la
punta de la nose hasta la finalización de los pontones, pasando
obviamente por los aledaños del habitáculo y la carcasa trasera, sólo
divisamos curvaturas limpias que parecen servir para llevar los flujos
superiores al encuentro de los inferiores en la parte final del
monoplaza, sobre la parte visible del fondo plano, el área del difusor, y
por supuesto el espacio que surge bajo el ala posterior y sus soportes.
Dotado de push-rod trasera y pull-rod delantera, el
FW35 se insinúa sobre el papel como una bonita apuesta por la velocidad
punta y de paso por curva, lo que sin duda sintoniza con las
prestaciones del RS27 de Renault que lleva en su interior, un motor que
como sabemos, no es el más potente pero sí el más versátil de la
parrilla, lo que hace necesario un buen trabajo aerodinámico para poder
exprimirlo.
A falta de ver cómo evoluciona sobre la pista y cómo se desenvuelve
con las Pirelli, al de Grove de este año le voy a dar un notable alto
porque me recuerda al F138 de Ferrari, y porque un Williams es siempre
un Williams, y si además es precioso, más aún si cabe.
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