Una vez más, como ocurre siempre por estas mismas fechas, el tiempo se detiene a su manera para aquellos que tenemos la suerte de poder detenernos un puñado de días al año.
En éste y otros sentidos, me siento afortunado, mucho, y aunque hoy sea tarde y ocaso de villancicos, me apetece compartir con vosotros el puñado de sentimientos contradictorios que me asaltan siempre que es 24 de diciembre desde que una noche como la de hoy, precisamente, me tocó hacer guardia ante las puertas del infierno escuchando una vez y otra, y otra y otra más, Fairytale of New York, la canción de The Pogues en la que interviene Kirsty MacColl, la música que me recuerda siempre que todos llevamos dentro algo de Shane MacGowan, que somos punkies como él, autodestructivos, díscolos, furtivos y altivos, aunque ángeles al fin y al cabo que renacerán de sus cenizas cuantas veces haga falta, porque estamos hechos de la misma materia que teje y da cuerpo a los sueños.
En éste y otros sentidos, me siento afortunado, mucho, y aunque hoy sea tarde y ocaso de villancicos, me apetece compartir con vosotros el puñado de sentimientos contradictorios que me asaltan siempre que es 24 de diciembre desde que una noche como la de hoy, precisamente, me tocó hacer guardia ante las puertas del infierno escuchando una vez y otra, y otra y otra más, Fairytale of New York, la canción de The Pogues en la que interviene Kirsty MacColl, la música que me recuerda siempre que todos llevamos dentro algo de Shane MacGowan, que somos punkies como él, autodestructivos, díscolos, furtivos y altivos, aunque ángeles al fin y al cabo que renacerán de sus cenizas cuantas veces haga falta, porque estamos hechos de la misma materia que teje y da cuerpo a los sueños.
Va por vosotros, como todos los días, pero hoy especialmente, ya me entendéis. Rosso sobre blanco. El 250 GTO de 1962 sobre un fondo de cumbres nevadas. No se me ocurre mejor manera de desearos que seáis infinitamente felices, y que si no es posible, cosa que no deseo, al menos que os atibie la noche saber que hay alguien al otro lado, que sin conseguir tomarse en serio a pesar del tiempo transcurrido, os hace una reverencia porque valéis un huevo y la yema del otro, y porque su mundo, el mío, para qué vamos a engañarnos, sin vosotros sencillamente sería muy diferente y mucho más triste y soso.
Feliz Navidad a todos. Si váis, id tranquilos y volved serenos que os estaré esperando. Si os quedáis, alzad una copa aunque sea de agua y brindad conmigo, simplemente porque nos lo merecemos, ¿cabe mejor excusa?
Os leo.
Dicen que el Mercedes es como la mujer de uno, y la Ferrari es la querida.
ResponderEliminarYo no estoy muy de acuerdo, la Ferrari es tu amor, y el Mercedes tu deseo, y el amor siempre triunfa sobre el deseo.
Feliz Navidad Jose e invitados
¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarBonita postal para expresar un cálido sentimiento. Para los que preferimos llamar Monte Cervino en vez de Matterhorn a ese pico que se eleva tras uno de los coches más bonitos de la historia, ojalá sea el preludio de otra dura temporada de lucha con un final más rosso que las últimas. Feliz Navidad a todos, de corazón.
ResponderEliminarFeliz Navidad Jostxu y familia!! Un gustazo compartir espacio con todos vosotros,
ResponderEliminarBesotes
Concha
Con un poquito de retraso... ¡¡¡ FELIZ NAVIDAD !!!
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