Os echaba de menos, vaya por delante. Total, que ando de vacaciones
toreras y tocaba ir tomando el pulso a esto de las cuatro ruedas, no
vaya a ser que llegue Spa y me pille más amodorrado que de costumbre,
gracias entre otras cosas, a que Bernie sigue empeñado en que vivamos su
vida y no la nuestra, la que necesitamos, la que nos levanta de la
silla cada vez que hay Gran Premio, ésa por la que bebemos los vientos,
ésa misma que no necesita Instagram para que se te quede grabada en la retina…
Me fui con la noticia de que a mi Felipe lo más seguro era que no lo renueven en la rossa,
y vengo con ella, con él, bajo el brazo, y no tanto por hablar otra vez
de un personaje al que quiero de manera entrañable y al que he
intentado defender incluso cuando andaba maltrecho en las escolleras,
zarandeado por los mares que hacían chanza de su figura y por qué no
decirlo, presa de su propia mala fortuna. No, vengo con él debajo del
sobaco, porque Felipe Massa se encuentra a unos meses de servirnos de
metáfora, cuando el hueco que deje sea llenado por alguien que tampoco
nos satisfaga.
Soy consciente de que al principio, quien
ocupe su sitio hará nuestras delicias y llenará líneas y líneas de negro
fuego sobre el blanco de las pantallas o los diarios, pero llegará el
momento en que comiencen las críticas y los lanzamientos de piedra,
porque el paulista deja libre el puesto de escudero y ése es un lugar
siempre amargo que acaba granjeando más sinsabores que alegrías a quien
lo defiende. Más si cabe si al frente de la muralla italiana se
encuentra un tipo como Fernando, quien no acostumbra a dejar migajas
para que las rebañe nadie…
Bien es cierto que el asturiano tiene señorío de los de antes, vamos,
que a pesar de dejar el plato limpio no tiene trazas de emular al
Kaiser cuando su segundo era Rubinho. Aunque por mucha generosidad que
medie, o incluso coyuntural flaqueza, que podría ser, sospecho que ese
número 2 que quedará vacante a finales de año no va a ser una plaza
sencilla de defender (vengo de portugalujo total, como podéis ver),
porque la guerra es la guerra y en F1 las batallas se desarrollan sobre
el asfalto y ahí no hay amigos ni gentilezas que valgan.
Decía que sospecho que echaremos de menos a mi Felipe aunque las
cuentas de Ferrari salgan más airosas y ufanas en el mundial de
constructores, porque sin él vamos a ver mejor las diferencias
existentes ahora en el equipo, y porque él, al brasileño me refiero, ha
congregado buena parte de la leña que le caía a la de Maranello sin
comerlo ni beberlo.
¿Quién será su sustituto? No lo sé ni pierdo el sueño por entreverlo.
Tal vez Heikki me guste más que los otros candidatos que ahora mismo se
barajan, pero lo que sí tengo claro es que sea quien sea quien
sustituya a Massa, va a asumir una eternidad de riesgos en un modelo de
competición que hasta 2014, como poco (y habrá que verlo), seguirá
bonificando a las máquinas por encima de las almas que las manejan. ¿Que
en qué me baso?, en Schumacher, en Webber o en Button, por ejemplo, o
en cualquiera de ese montón de almas perdidas pero bien amasadas, que
cada domingo de Gran Premio luchan desde sus respectivos asientos contra
sus monoplazas, contra los ingenieros que las idearon bajo el amparo de
la normativa miope de la FIA, contra los vientos que azotan los muros
de sus escuderías en cada carrera, y por supuesto, con esa ruleta rusa
que conocemos como Pirelli. Avatares todos ellos contra los que ha
tenido que pelear mi Felipe desinflado tras su accidente en Hungría
2009, y contra los que tendrá que vérselas quien le sustituya para salir
airoso en cada prueba.
Difícil empeño, sin duda, y más para contentar a una jauría de
aficionados y prensa que lejos de ver que la competición, tal y como la
vivimos en la actualidad, no deja resquicio para que sigan naufragando
los pilotos que hace años podían sacar pecho gracias a sus redaños,
sencillamente porque ha asimilado la fábula de Bernie y su tropa hasta
el punto de no comprender que no hay bemoles cuando la cosa no da para
más, quedes sexto o duodécimo, porque las manos han perdido importancia
en favor de la aerodinámica y las gomas, y en ese campo, o te apellidas
Hamilton, Vettel o Alonso, o sencillamente no hay tu tía.
Sea como fuere, don Tancredo, el saco de los boinazos, para que nos
entendamos, se va y deja su puesto vacante para tranquilidad de los que
pedían su cabeza. Sin embargo, doy por seguro que otro vendrá que le
hará grande. ¡Al tiempo…!
Hola Jose y todos,
ResponderEliminarA tí sí que se te echa de menos, en estos días sin F1, sin aire acondicionado y sin vacaciones. Panorama, ya te digo. Vamos a ver si empezamos a cambiar las cosas: escribes de nuevo, ¡bien!. En horas me monto en un avión espero que con aire... Y a Massa, pues ya sabes que yo no lo voy a echar de menos. Objetivamente. Y el que llegue, uf, está claro que es una tarea difícil. Vamos, como quedar a cenar con MariJaia y que antes del café te confiese que se llama Celedón... y mantener la compostura.
Me temo que me perderé Spá en la vuelta así que te leeré con gusto.
Un saludo a todos.
ABB
De vuelta a las barricadas ... toca disparar contra Felipe. Pues como vuelvo de buen rollo,hoy no mato ni a una mosca.Soy aficionado a leer y fotografiar lo que mentes ingeniosas (y no tanto)reflejan en las paredes de las ciudades y pueblos y este verano he visto una que me hizo gracia (formulera) y que todavía no sé su significado (¿política,cocina,...?). Si algún alma caritativa lo conoce, le agradezco por adelantado su ayuda:
ResponderEliminar"INBESTIR BEM A MASSA $" (Lisboa, 2012). Saludos a todos (y uno muy especial al fan nº 1 de Felipinho, que lo está haciendo muy bien en turismos en Brasil;buen destino).
Hola José, yo lo que espero sinceramente es que halle un hueco en otro equipo, aunque sea por sus sponsors, y pueda tener algunos años más dónde vuelva a demostrar (que ya lo ha hecho)ya libre de presiones que no es mal piloto. Es realmente injusto un retiro tras éstas 2 malas temporadas.
ResponderEliminarSaludos