El agua es uno de los ingredientes que más espectáculo ofrece en una
carrera, pero como aparezca cuando no conviene, se convierte en un
enemigo temible, pues se lleva por delante cualquier posibilidad de
probar nada, como sucedió ayer, durante los primeros entrenamientos en
Silverstone, y si Dios no lo remedia, como volverá a ocurrir hoy en la
segunda jornada de los mismos.
El asunto tiene su origen en la serie de restricciones que acometió
en 2008 la FIA con la aquiescencia de los equipos, en aras de arañar
unos dólares a los abultados presupuestos anuales que manejaba la tropa y
que sin querer o queriendo, siguen campando desbocados por sus fueros.
Como sabéis, se redujo el número de
entrenamientos y se circunscribieron unicamente a la pretemporada, de
manera que desaparecían del mapa los que solían servir durante la sesión
para ir acometiendo las diferentes fases del calendario con las
herramientas bien engrasadas, cuestión que se delató a las primeras de
cambio como bastante estúpida, ya que ante armas del calibre del Brawn
GP001 (2009) o el Red Bull RB7 (2011), al resto de equipos sólo les
quedaba sentarse a esperar acontecimientos. Para colmo de males, a los
pilotos suplentes se les hurtaba la posibilidad de aprovechar las tan
necesarias horas de trabajo sobre el monoplaza, circunstancia que quedó
meridianamente diáfana cuando Luca Badoer tuvo que sustituir a Felipe
Massa el mismo año en que se puso en marcha tan absurdo ajuste de
cinturón.
A partir de este momento que relataba en el párrafo anterior, las
jornadas de entrenamientos libres, que siempre han servido para probar
material para la carrera o para ir afinando los vehículos con cierta
antelación, cobraron una importancia inusitada a la hora de paliar la
escasez de tiempo dedicado a implementar innovaciones y someterlas a
prueba, aunque a cambio, a los medios y aficionados se les obligaba a
sobrevivir en una suerte de neblina permanente en la que siempre ha
resultado complicado discernir qué demonios estaba probando cada coche y
para cuándo lo estaba haciendo.
Por fortuna, este año se han notado ciertos aires de cambio. Los
entrenamientos de Mugello han venido a enseñarnos que disfrutar de un
tiempo muerto entre prueba y prueba, amén de ser beneficioso para los
equipos, también lo es para el propio espectáculo, de manera que se me
antoja previsible que para sesiones venideras tal vez pudiéramos
comenzar a disfrutar de citas que sirvan para lo que han servido siempre
los entrenamientos con la temporada lanzada: para evolucionar y probar
los coches, y para que los pilotos suplentes no pierdan demasiada
sensibilidad en sus manos y puedan así cumplir a la perfección con el trabajo por el que cobran.
En este sentido, hay que decir que los modernos simuladores no han
doblado la rodilla, ni mucho menos, sino más bien que se han mostrado
algo escasitos con respecto a las expectativas que se habían puesto en
ellos. Hace falta tocar pista, probar sobre el asfalto, comprobar si los
datos virtuales y los reales coinciden, y más si cabe si en las
diferentes ecuaciones interviene una variable como los neumáticos
Pirelli, auténticos protagonistas de las últimas temporadas.
No me distraigo, que me pongo a escribir y no paro…
Como decía al comienzo, el líquido elemento aguaba ayer la fiesta en
Silverstone trastocando los planes de buena parte de la parrilla —salvo
imprevistos, también volverá a hacerlo en la tercera sesión de
entrenamientos—. Pero en calificación, este mediodía, la lluvia supondrá
un aliciente más para seguir disfrutando de un fin de semana que aunque
ha comenzado pasado por agua, sin embargo y precisamente por su
intervención, nos permitirá ver más a los pilotos que a sus máquinas
sobre uno de los circuitos más exigentes del calendario.
Y si la cosa no nos encandila lo suficiente esta tarde, mañana hay
altas probabilidades de que disfrutemos de doble ración, así que
preparad los paraguas, y por supuesto, también las palomitas, porque
Hamilton, Button, Vettel, Webber y Alonso, saben muy bien nadar y
guardar la ropa.
Pole para Alonso en un santuario como Silverstone y en una de las calificaciones más inciertas de los últimos tiempos.
ResponderEliminarDe poder quedar fuera de la Q3 a conseguir la pole como por arte de magia. Un nuevo conejo salió de la chistera del asturiano. Podemos soñar de cara a final de temporada.
King Crimson
Últimamente, parece que los pilotos de McLaren la cagan cada vez que abren la boca. Desde "Alonso no está entre mis rivales al título" que dijo Button -y miren donde está uno y otro-, hasta la seguridad que tenia hace pocas horas Hamilton sobre su papel en Silverstone...
ResponderEliminarComo soy "de los de antes" prefiero lo analógico a lo digital en muchos aspectos de la vida (casi todos) y en esto de las carreras, donde esté un vehículo que se quite el simulador. Aunque el propio Fernando ha dicho recientemente que el de Ferrari es muy veraz,me parece que en sensaciones reales no se debería ahorrar. Y sobre los test de Mugello que mencionas, recuerda que hubo pilotos y jefes de equipo que se quejaron y los calificaron de inútiles. Despues de lo sucedido en pista en las últimas carreras podemos entender que se referían a ellos mismos, a sus propias prestaciones. Fernando ha estado sembrado hoy; su estado de forma en 2012 es impresionante.Y como cuando toca le pego collejas (casi siempre), hoy Felipe me ha emocionado en unas condiciones muy adversas tradicionalmente para su desempeño. Mañana a refrendarlo los dos. Saludos
ResponderEliminar¿Qué apostamos a que mañana Webber es el anzuelo que tiran a Ferrari para que pique como un panoli? Espero que el muro esté más listo que hoy con los intermedios de la Q2, qué sufrimiento!!!
ResponderEliminarFernando, simplemente genial, y más con la dedicatoria a María.
Un abrazo!
Como dije en “duelo al amanecer” me daba que la “perdigonata” de la Q2 valenciana podía ser similar a la de Montreal en el sentido de que habían intentado algo para lo que creían estar ya preparados y no salió. Pues bueno, aquí está…
ResponderEliminar¡P-OOOOOOOLEEEEEEEE! ¡EHE, TORO! ¡RIAU, RIAU!
XDDDDDDDDDD
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!