Mañana a estas horas, la prueba de resistencia más importante del mundo habrá dado comienzo con dos Audi R18 mandando una cabeza de la parrilla en la que están también los vehículos híbridos de Toyota, tras el retorno de la marca japonesa a esta carrera.
He estado unos días fuera. Anteayer y de forma sospecho que inevitable, compartí algunos momentos con Michael Delaney evolucionando en diferentes escenas de la película Le Mans, porque el olor de este próximo fin de semana llega muy lejos, porque siento una querencia especial por Steve McQueen y su personaje, porque el Ferrari 512S Coda Lunga y el Porsche 917K me parecen auténticas obras de arte rodantes, y porque... Bueno, ya me entendéis.
El caso es que como decía al comienzo, mañana se da inicio a las 24 Horas de Le Mans en el circuito francés de La Sarthe. Una prueba comparable al G.P. de Mónaco, a las 500 Millas de Indianápolis o al Rally de Montecarlo, por su eco entre los aficionados, que sin embargo pasará de puntillas por las páginas y espacios de los medios de comunicación, a pesar de que Marc Gené (ganador en 2009), forma parte de la tripulación del Audi R18 Ultra número 3 que sale segundo en esta edición, a pesar, también, de que la pole la ha conseguido este año un Audi R18 e-Tron quattro, vehículo dotado de tecnología híbrida, a pesar de que en 2011 pudimos asistir en su seno a una de las más grandiosas peleas entre automóviles de competición, a pesar de tantas y tantas cosas que siempre pasan desapercibidas para el gran público, porque según aquellos que deciden qué le interesa y qué no, las 24 Horas de Le Mans no asegura la cuota de share que justificaría colocar este grandioso espectáculo en el lugar que honestamente creo que le corresponde.
El caso es que a veces pienso que tal vez sea mejor que todo ocurra así, ya que las mismas reticencias que tratan de ocultarla acrecientan su profundo magnetismo.
Sea como fuere, mañana a estas horas estaremos disfrutando del mayor espectáculo del mundo, como cada año por estas mismas fechas, un circo con varias pistas en el que los diferentes artistas se afanarán por atrapar las miradas de los espectadores haciendo lo que mejor saben hacer: correr, competir, durar sobre el asfalto, tratar de llevar su vehículo hasta la meta intentando ser el mejor de todos, incluso de los propios compañeros de escudería.
Plano secuencia de derecha a izquierda de la pantalla. Un Porsche 911 avanza hacia nosotros atravesando una carretera secundaria rodeada de árboles para alejarse. Delaney, como siempre, va al volante...
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