La venganza de Mitrofán

El demonio S-Duct ideado por Mercedes, me parece un invento claramente defensivo que pierde toda su gracia, o casi toda, una vez el vehículo comienza a saborear las mieles de salir en la cabeza de la carrera, porque instalado el monoplaza en ese sacrosanto lugar, las probabilidades de sacar pecho a base de DRS se reducen a la mínima expresión, ya que el S-Duct funciona exclusivamente en sintonía con él.

No me cabe ninguna duda de que en Brackley, cuando decidieron parir el artilugio de marras, se pusieron a pensar en todo tipo de posibilidades de uso menos en la importante: ¿cómo liderar una prueba? Y mantenella, que diría aquél.

Bien que vale que el cachivache tiene su puntito, pero no podemos negar que se ha quedado corto de expectativas, por decirlo en suave. Si tienes que adelantar vale un huevo y la yema del otro, pero como tengas que defender no sirve ni para freír patatas porque sencillamente no se activa, y lo mismo ocurre en el caso que nos ocupa, porque como vayas delante lo vas a usar a lo sumo tres o cuatro veces durante la prueba, y fundamentalmente para adelantar a gentucilla que adelantarías de todas formas. Total, un desperdicio.

Obviamente, en calificación sí que resulta muy interesante, pero siempre que tengas previsto cómo vas a gestionar la ventaja que te puede aportar, porque como no puedas gestionarla, por excesivo consumo de gomas o por falta de equilibrio, apañado que vas.

Para reafirmarme en el asunto de que el S-Duct es un instrumento originalmente defensivo y no ofensivo, como el Doble Difusor, que se imponía lo mismo en calificación y en carrera, me apoyo también en el poco celo que ha mostrado Mercedes AMG en ocultarlo, de manera que la copia iba a resultar de todo punto de vista inevitable, y más desde que en China se han visto definitivamente las orejas al lobo alemán.

Llegados a este punto, se puede esperar razonablemente que en dos o tres pruebas, quien más o quien menos lleve a cuestas su propia versión de Conducto S, con lo que volveremos a tener uno de esos sistemas que sirven lo mismo para un roto que para un descosido, como el KERS, en cuyo desarrollo se habrá gastado una morterada de dinero y de esfuerzo que al final no aportará nada de nada, pues en carrera, los que lo lleven se las vas a tener que ver con los demás que también lo lleven como si no lo llevaran, es decir, corriendo a pelo, en pelota picada, en completo equilibrio de fuerzas con respecto a los rivales, como ya sucediera con el F-Duct.

¿Para este viaje hacían falta tantas alforjas? Me temo que no. Mercedes ha sido en extremo cauta a la hora de valorar sus posibilidades para este año que estamos disputando. Sospecho que pretendiendo salvar la cabeza en esa tierra de nadie que ha dominado estas dos temporadas pasadas, se ha dado de bruces con un escenario que no contemplaba: la posibilidad de ganar.

Mientras nuestro monarca se recupera de la rotura de cadera que ha sufrido en el quinto pino, por ir allí con nocturnidad y alevosía a ejercer de simple ser humano, dejando en Madrid corona, esposa, hijo e hijas, nuera y yerno, nietos y altas responsabilidades, no dejo de pensar en qué falta hacía emborrachar al oso Mitrofán si al final incluso un Rey se basta y sobra para romperse la cadera sin precisar ayuda.