Mr. Iceman

El entorno de Kimi Raikkonen ha comenzado a dar señales de vida, lo que ha supuesto un pequeño revuelo mediático que ha coincidido en señalar que el retorno del finlandés a la F1 puede estar próximo.

Dicho esto, la escudería elegida para el desembarco parece ser Renault, esa Renault que no parece la Renault de Flavio, porque sobre el papel dispone en la actualidad de mayores recursos que aquella que sobraba en los planes del Sr. Ghosn.

Pero como quiera que Bernie Ecclestone ha invertido media temporada en hacer de Gila por el paddock, comentando con las manos en los bolsillos y la mirada enfocada a otro sitio que no fuera los boxes, aquello de ¡yo me sé de una o dos escuderías que no van a estar el año que viene!, y una de las candidatas era precisamente esta Renault cuya carrocería recuerda demasiado a la abeja Maya por falta de decoración en vinilo...

Como quiera, digo, que el equipo que ni es galo ni luxemburgués, sino algo totalmente distinto, ha pasado buena parte de la sesión con una mano delante y otra detrás, vendiendo los centímetros cuadrados de la piel de sus caballos al mejor postor y por periodos limitados...

Como quiera, vengo diciendo, que Renault, la Renault de toda la vida, sigue empeñada en asegurarse su propio futuro como proveedora de motores, incluso dejando a sus antiguos generales a los pies de los caballos de la FIA para que sirvieran de aperitivo en el Crashgate...

Como quiera, sigo, que Don Carlos Ghosn ha mostrado reiteradamente sus pocas ganas de implicarse en la permanencia en la F1 de su juguete…

Como quiera, termino, que el socio de Renault en esta aventura es una empresa de inversión que atiende al nombre de Genii Capital —de cuya participación en el complejo sabemos poco, aunque intuímos algo, porque a fin y a cuentas Gerard Lopez es quien parece mandar ahora—, me ha surgido la duda razonable de si no estaremos asistiendo con esto de Kimi a una jugada similar a la que trajo a Fernando Alonso de vuelta al equipo donde había triunfado, por ver si se convence a la cúpula directiva de Renault para que no cierre aún más el grifo, o tal vez por amarrar algún patrocinador que ponga lo que se niega a poner quien sigue dando nombre a la escudería.

Si es así, me temo que nos quedemos sin ver de nuevo a uno de los pilotos que conducen más bello y más rápido, lo que sería una absoluta lástima para los aficionados y el deporte en general, porque Mr. Iceman acostumbra a tenerlo muy claro antes de estampar su firma, y este embrollo en el que le han embarcado huele demasiado a sucio, ya que todo indica que la Renault de Briatore y la de Lopez son la misma o muy parecida, pues al parecer tienen el mismo problema de fondo.

Por si me equivoco, cosa que desearía de todo corazón, ahí os lo dejo. Os leo.