Es así, y ha vuelto [Italia]

Seamos sinceros, Fernando nos gusta así, como le hemos visto hoy en Monza, herido casi de muerte en la salida, asediado por un estúpido Massa quien a punto ha estado de dar al traste con todo el trabajo del año, renaciendo de sus propias cenizas para no dar respiro a un Button sobresaliente que esta tarde ha hecho honor a la corona que todavía defiende, que ha mordido el polvo porque en Ferrari han vuelto a encontrar una señal adonde mirar, demostrando que la sangre mediterránea hierve mucho mejor que la sajona cuando hay que atender la llamada de los tambores de guerra, y que responde como un cronómetro si hay quien grita ¡ahora o nunca!

Reconozcámoslo, si Alonso hubiera ganado pasando primero por Rettifilo no habría resultado lo mismo, ni de lejos, ni siquiera con Hamilton demostrando una vez más que lo suyo es para hacérselo mirar —a lo mejor le hacen descuento en el psicólogo si va junto a los que decidieron en McLaren penalizar a Jenson con el F-Duct—.

Admitámoslo, el Nano es más Nano yendo a contracorriente, poniendo a los aficionados con la coronaria en la boca, para sacarse después un as de la manga cuando nadie lo espera. Un poco como ha hecho Sebastian Vettel mostrándonos una vez más (ya lo hizo Webber en Hungría), que no hay nada como recoger mucha goma en la pista para que los compuestos blandos de Bridgestone duren una eternidad. ¡Vaya fraude lo de los japoneses!

No nos mintamos, nuestro asturiano nos encandila porque obtuvo sus dos títulos mundiales en inferioridad de condiciones frente a los todopoderosos de la parrilla; porque su paso por McLaren supuso seguir luchando en inferioridad de condiciones, esta vez contra su propio equipo; porque su retorno a Renault fue volver a la inferioridad de condiciones como refugio donde restañar heridas...

Y no nos engañemos, nos gusta en la actualidad porque se encuentra en esta Ferrari aún maltrecha, de nuevo en su salsa, y sabe crecerse dando lo mejor de sí mismo, amaneciendo en Monza quinto en el campeonato de pilotos después de haber naufragado en Spa, para salir en tercera posición y con aspiraciones de seguir recortando porque el liderato está a un tiro de piedra y quedan cinco carreras.

Él es así, y nosotros no tenemos remedio, por eso sospecho que el G.P. de Italia ha tenido un sabor tan especial y hermoso. No le demos más vueltas.

¿La prueba? Disculpadme, en cuanto me baje de la nube en la que estoy, tal vez me ponga a desgranarla.