A estas alturas de la película, con un pie en la dura pelea europea, cabría preguntarse a qué aspira un equipo que puede codearse con McLaren y Ferrari en cuanto a historia y tradición, en qué demonios estaba pensando cuando optó por el propulsor Cosworth para empujar sus máquinas, y sobre todo en si le merece la pena andar arrastrándose por los circuitos de F1 dando señales de una inanidad mortecina que augura un año más ocupando la antesala de la trastienda deportiva, pero esta vez luchando de tú a tú con escuderías como Toro Rosso o Force India.
En referencia a lo mencionado en los días previos a Shanghai, está visto que las expectativas de alzarse con el dominio de la zona media de la tabla pasan inexcusablemente por hacer un esfuerzo en Montmeló, que se me antoja demasiado alejado del potencial del vehículo y de las posibilidades de los pilotos. Pero ¿quién sabe?, a lo mejor la escudería reacciona y nos da una sorpresa.
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