La escudería española salía de la cita malaya con un ramillete de buenas sensaciones bajo el brazo. Los coches de Senna y Chandhok terminaban la prueba, y en determinados momentos fueron incluso capaces de demostrar plantar cara sobre el asfalto, actitud que los acabaría situando por delante del Lotus de Jarno Trulli en la meta.
Dicho esto, ante la carrera de este próximo domingo en Shanghai sería deseable que Hispania ratifique que lo mostrado hace diez días supone el inicio de un buen camino y no un hallazgo afortunado, mientras el equipo sigue sintonizándose y los monoplazas acumulan kilómetros, que en el fondo es de lo que se trata.
En relación a lo mencionado antes del GP de Malasia, lo único reseñable es que tanto la petición de Carabante de un circuito en Murcia para asegurar la sede de la escudería, las recientes quejas sobre el chasis que entregó Dallara y el rumor sobre salida de Geof Willis, delatan que el equipo sufre un mar de fondo que puede dar con sus huesos en el suelo sin apenas haber levantado el vuelo.
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