Mercedes GP, a día de hoy, descansa sobre los hombros de Nico Rosberg, a quien hay que reconocer el apuntalamiento de las opciones de la escudería en Australia. Schumacher todavía no se encuentra cómodo, y al coche le falta todavía algo de trasiego para volver por los fueros que hizo del Brawn BGP01 un monoplaza solvente que puso en jaque a sus rivales durante la temporada 2009.
Por lo tanto, aún es pronto para valorar lo que pueden dar de sí tanto el coche como los pilotos, de manera que ante Sepang, intuyo que el equipo de Ross tratará de afianzarse en el puesto que ocupa tras McLaren en la tabla de constructores, intentando acercarse lo más posible a la británica, mientras se esperan las evoluciones que se implementarán en China, y que supondrán el aperitivo de lo que sin duda veremos una vez el tinglado desembarque en Europa.
Dicho esto, en referencia a lo expuesto antes de arribar a Albert Park, Mercedes GP sigue quemando etapas con una tranquilidad digna de encomio, y aunque sería deseable que el equipo premie la excelente labor que está realizando Rosberg, me temo que el enfoque de la alemana sigue mirando demasiado al Kaiser, y como éste no reaccione pronto, su comportamiento puede dar al traste con una buena parte de las expectativas levantadas.
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