To be, or not to be…

McLaren ha cerrado equipo para 2010, y la adquisición de Jenson Button abre aún más la puerta para que la deseada escuadra inglesa se haga realidad en cuanto desaparezca Mercedes-Benz del escenario, digo yo, porque la presencia de la motorista alemana hace desmerecer un poco la épica exaltación patriótica que se ha desatado en los medios anglosajones ante tan feliz fichaje.

Aquí mismo he mencionado alguna vez que llamar flechas de plata a los vehículos ingleses era un absoluto despropósito que manchaba la historia del automovilismo, y hería además la fina sensibilidad de los muchos aficionados que disfrutamos de que cada cosa esté en el lugar adecuado en este deporte, pero andaba por medio el asunto ése que se llevaban entre manos McLaren Cars Ltd. y la filial de Daimler, y como donde manda el dinero suele resultar muy complicado buscar razones amparadas por cualquier lógica que no sea la puramente crematística, pues como que hasta incluso yo me había acostumbrado al desvarío…

Pero el caso es que entre que Mercedes anunciaba que se pedía a Brawn en matrimonio para hacerla desaparecer del mapa y suplantarla, y que McLaren cerraba el trato con Button, apenas trancurrían un puñado de horas (menos de dos días, si mal no recuerdo).

Ante tanto acontecimiento suelto, lógicamente, la prensa británica buscaba hueco y respondía como de costumbre, poniendo la conveniente tirita sobre la herida abierta en su escudería estrella a cuenta del fichaje del campeón del mundo, mitigando así el calado monumental que supone que la fábula de las flechas de plata inglesas parece haber tocado a su fin.

Nada que objetar. Los ingleses son jodidos y los admiro porque no se cortan un pelo en defender lo suyo, caiga quien caiga, no como nosotros pero sí como los franceses, más o menos, aunque ahora anden estos en horas bajas en cuanto al automovilismo. Los admiro, sí, y por ello me sonrojo ante la patética demostración de insolvencia que sigue mostrando nuestra querida prensa generalista, que copia sin reparar en lo que traslada, y plasma sin reflexionar idioteces del pelo de que McLaren, con la incorporación de Jenson Button, es una escudería totalmente británica, o que en 2010 habrá cuatro flechas de plata sobre los circuitos del mundial.

No señores míos. McLaren no será enteramente británica hasta que no desmonte el propulsor Mercedes y lo sustituya por uno en cuya carcasa exterior aparezca el pertinente Made in United Kingdom, Cosworth, por ejemplo. Y no, no habrá cuatro Silberpfeil sobre el asfalto, sino dos, porque Mercedes ha entendido por fin que no puede ir por la vida volviendo la espalda a sus propias raíces.

To be, or not to be: that is the question.