Egoísmos y letra pequeña

Estimado Nico, no sé cómo decirte lo mucho que siento lo que te ha sucedido y cómo admiro tu entereza al afirmar: «Es un gran reto para mí estar junto a uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. Estoy seguro de que vamos a formar un equipo muy fuerte.» En serio, hay que tenerlos muy bien puestos para no lanzar unas cuantas palabrotas al aire cuando descubres que eres el pan del bocadillo y no el lomo que lo hace realmente apetitoso.

¿Qué quieres que te diga? Te han jodido, y lo sabes de igual manera que lo apreciamos todos. Te contrataron para cualquier cosa menos para ser el escudero de Michael, pero mira tú por dónde te acabas de descubrir como un Barrichello cualquiera, y por tres interminables años.

Hay una cosa que me molesta mucho: el exceso de ego, y te lo digo yo, a quien hace poco llamaban narcisista aquí mismo, así que imagínate lo que me fastidia el asunto, aunque es sencillo de entender, porque cuando logras algo soy de los que opinan que te corresponde asimilar (creo) que tarde o temprano llegará otro para ocupar tu puesto, porque nadie es imprescindible ni eterno. Tampoco se trata de renuncir a defender lo obtenido, que sí, que he defendido lo que he conseguido y lo sigo defendiendo con uñas y dientes, se trata de que hay cosas que vas dejando atrás por puro convencimiento, y a las que no te apetece retornar porque tienes conciencia de que haciéndolo puedes herir a quien se lo está currando por llegar donde tú llegaste.

Por esto mismo te digo que no es de recibo que un tipo que dice amar el deporte te haga lo que te está haciendo Schumacher. Todos conocemos cómo se las gasta el de Kerpen y cómo lo hace Ross, y ambos han decidido cegarte el futuro porque sí, de idéntica manera a como decidieron machacar a Fernando en McLaren por encumbrar a Lewis. Enarbolarán la pasión por correr, las deudas morales o lo que sea, pero lo que hay detrás de todo ello es oscuro como un lodazal, incomprensible, desmesurado y profundamente cruel, porque para que él vuelva por sus fueros será necesario destruirte cuando apenas has amanecido a base de esfuerzo, tenacidad, sudor y consistencia.

No mires atrás, Nico, ni siquiera a Williams. Aprende a su lado y sal de Brawn GP. Mientras tanto, muéstrate cauto y sopesa el cómo y el cuándo te crecerás, y asume que siempre habrá un problema mecánico o cualquier otra circunstancia que te dejará a su sombra, pero ten conciencia de que el que se las tendrá que ver con Sebastian, Jenson, Lewis, Fernando y Felipe, será él y no tú, y por tanto aprovecha su lucha en tu propio beneficio. Hazme caso y lárgate en cuanto puedas de la trampa en que estás metido, los cantos de sirena esconden siempre arrecifes y escolleras.

Nico, sospecho que tu padre ya te lo habrá dicho, pero permíteme que abunde en ello: cuídate y prospera en la medida en que puedas hacerlo, sin forzar ni perder la esperanza, pero sin olvidar que tu futuro pasa por cómo sepas gestionar la letra pequeña de esa cláusula que firmaste y que acabas de comprender, como quien dice, ahora mismo.

¡Suerte!