Si a comienzos de la temporada que acaba de terminar, venía a comentar yo que que la escudería filial de Red Bull iba a hacer de simple comparsa, no imaginaba que el papel (papelón, más bien) fuera a ser interpretado de manera tan sosa y ramplona.
La ausencia de Gerard Berger a los mandos del equipo no auguraba nada bueno, es cierto, y más si cabe cuando Sebastian Vettel había sido aupado al equipo realmente oficial dejando a TR en mantillas. Buemi y Bourdais retrataban la expectativas como buenamente podían, incluso hicieron durante unos metros de probadores del estandarte de la bebiba tonificante, cuando en Barcelona, sus respectivos vehículos incorporaron novedades en el fondo plano que más tarde serían trasladadas a los flamantes RB5 diseñados por Adrian Newey.
Sin embargo no hubo suerte ni entonces ni durante el transcurso de la sesión (ganas no hubo nunca), aunque Toro Rosso sí ejercería de baluarte publicitario propiciando algunos titulares sabrosos a mediados de ella, cuando decidió apear a Sebastian Bourdais para sustituirlo por nuestro compatriota Jaime Alguersuari. Si la cosa sonaba un poco rara ya entonces, por la diferente tabla de medir que se utilizó en cuanto a razones para el despido de uno y expectativas frente al otro, con el paso del tiempo se demostraba como lo que era: una operación económica en la que el español venía a cubrir las carencias crematísticas del francés.
Hay voces que anuncian que para el año que viene, el hasta ahora segundo equipo de Red Bull, que compartía chasis y aerodinámica con su hermano mayor, aunque propulsado por un motor Ferrari (el RB5 utiliza el RS27 de Renault), saltará al ruedo en solitario, libre de bridas y ventajas, lo que en principio puede ser considerado como una buena noticia, pero que a mí me suena a que delata que Toro Rosso siempre ha sido considerado por Red Bull más como un estorbo que como un aliado, cuestión que justificaría de sobra que este año haya sido resuelto tanto sin alicientes como sin mordiente, lo que me lleva a pensar que Berger sabía perfectamente lo que hacía cuando abandonó el tinglado.
Tal y como van las cosas no me extrañaría que el año que viene (a la vuelta de la esquina, como quien dice) Toro Rosso se convierta en otra cosa, sea traspasado o incluso que desaparezca del mapa si no hay compradores.
Jostxu ! ¡ Bien hallado!
ResponderEliminarPues me he quedado alucinada, no me había enterado que en 2010 la FIA había prohibido los "equipos cliente" y que éstos, se tendrán que construir su propio chasis...siendo así...¿de dónde van a sacar los recursos y las estructuras necesarias? Opino como tú...Ciao Toro Rosso ,Ci vediamo!!
Un besote
Concha
Corregirme si me equivoco o es algo nuevo.
ResponderEliminarOficialmente, ToroRoso no es cliente de RedBull.
Lei en algun sitio que RedBull (marca energetica, no el equipo de F1) creo una empresa (nombre redbulltechnology o algo asi...) y es esta la que surte a los dos equipos de F1. De esta forma ninguno de los dos es cliente del otro, por que oficialmente los dos son clientes de esta redbull technology, que no participa en F1.
Ahora bien, esto era hace 1 o 2 anyos... la FIA a cambiado el reglamaneto para prohibir esto, o tadavia sirve el apanyo?
Hola a todos ;)
ResponderEliminarConcha ;) Yo lo veo más claro que el agua, pero habrá que esperar acontecimientos para certificar el asuntillo. Pero sí, huele a lo que huele y parece blanco y en botella XDDDD
Zukisan ;) La FIA, como siempre, mantiene parcelas extrañas que contravienen el espíritu del reglamento. En principio no hay equipos clientes, o mejor dicho no debería haberlos, pero se mantiene el estatus de ToroRosso para que sirva de granero de nuevos pilotos y esas cosas, como hacía Minardi :P
Vamos, que es un apaño XDDDDD
Un abrazo
Jose