Mis conclusiones [Force India]

Caso contrario a lo comentado ayer sobre Toro Rosso, ha sido el de Force India. En mi aproximación de comienzos de año, veía a la escudería india como una del montón, de relleno, pero hete aquí que se ha soltado la melena y nos ha dispensado muy gratos momentos.

Con una irrupción en el campeonato como para temerse lo peor (Sutil incluso se dejó los muebles bajo la presión de Hamilton en China), poco a poco el equipo fue encontrando el camino abonado para disfrutar realmente de las ventajas que ofrecía su propulsor Mercedes-Benz, de manera que llegados a mitad de temporada, comenzó a asentarse sobre el asfalto gracias a la consistencia lograda en el chasis, una vez abandonada la utilización del KERS.

Todo esto se certificaba sobre el circuito de Spa, donde Fisichella conseguía la segunda posición tras haber salido desde la pole, y aunque la cosa resultó tan extraña que incluso se barajó la posibilidad de que el equipo hubiese recibido algún tipo de ayuda, una carrera después, Adrian Sutil rubricaba en Monza la validez de lo obtenido, alzándose con un meritorio cuarto puesto (debería haber sido quinto de no mediar el accidente del vigente campeón del mundo en la última vuelta) tras el Ferrari de un correoso Kimi Raikkonen.

El éxito en dos circuitos tan distintos en exigencias y trazados como el belga y el italiano, independientemente de que las sospechas que sobrevolaran lo conseguido en el primero fueran ciertas o inciertas, sanciona que el trabajo realizado en el seno de la escudería había discurrido por caminos apropiados, devolviéndonos al escenario donde se destacó Toro Rosso durante la campaña de 2008, y que a mi modo de ver es el correcto.

Obviamente, ni Fisichella, ni Sutil, ni Vitantonio Liuzzi (ocupó el puesto dejado por Giancarlo tras el fichaje de éste por Ferrari) se pueden comparar a Sebastian Vettel (¡ya quisieran!), pero ello no es óbice para pasar por alto que el comportamiento del equipo no ha defraudado a pesar de aparecer sobre el papel como un sencillo comparsa. Así las cosas, haber entendido en su momento que era necesario aprovechar las pocas ventajas de las que puede disfrutar un equipo sencillo y con poco presupuesto (en este caso concreto las bondades del motor), en un entramado donde las exigencias son máximas, ha permitido emular este año a la Toro Rosso que comentaba en el párrafo anterior.

Queda por ver cómo se resuelven los problemas de cara al año que viene, pero por lo dicho, sólo puedo afirmar que la sorpresa que auguraba yo a tontas y a locas (tal vez no tanto) hace unos meses, me ha llenado de alegría porque siempre es gratificante ver cómo los pequeños se defienden como jabatos en cuanto tienen oportunidad de hacerlo.