Ando muy descreido ante las promesas para 2010. Quien más, quien menos, se ha puesto las gafas de ver el mundo de color rosa y augura cambios sustanciales que reactivarán la cosa, pero a día de hoy tenemos un panorama bastante desolador que no promete mejoras, aunque todavía seguimos sin saber qué habrá de realmente novedoso en ese esperado reglamento para el año que viene del que aún no sabemos nada más allá de las pinceladas que se marcaron en las postrimerías del agónico mandato de Mosley.
Conocemos, por ejemplo, que no va a haber repostajes y que por tanto la capacidad de almacenaje de combustible tiene que aumentar, y que la de ahorro en el consumo de los respectivos propulsores puede marcar una diferencia crucial. Está también el asunto de la durabilidad de los neumáticos…
Reconozco que la propuesta, en su conjunto, resulta incluso interesante, pues parece indicar que por fin se traslada la responsabilidad de las estrategias al lugar que pienso ha sido siempre el idóneo: el habitáculo, con el piloto como auténtico gestor de los recursos durante la carrera, sin embargo, considero que el escenario para aplicar esta solución no es el más adecuado.
Tras la pésima experiencia del KERS, éste parece totalmente descartado, y por tanto tenemos que de momento los motores siguen limitados a 18.000 rpms., habiendo perdido buena parte de su gracia natural en aras de una malentendida política de ahorro energético y económico. No existiendo alternativas que posibiliten iniciativas que podrían ser más rentables tanto en uno como en otro aspecto, o en ambos a la vez, si nos ponemos, y vigentes la normas que anulan cualquier posibilidad de tocar los propulsores durante la temporada y la de la restricción de los necesarios entrenamientos con la sesión avanzada, el escenario parte de una premisa falsamente igualitaria que puede dar lugar a que volvamos a asistir a lo que ya hemos vivido este año a cuenta de la lectura creativa del reglamento (dobles difusores), en detrimento de la competición sana, pues los rivales se encontrarían con las manos atadas en caso de intentar defenderse, ya que carecerían de vías legales y de tiempo para concretar sus respuestas.
Dicho esto, admito que sin nada a lo que asirse, la cosa pinta cuando menos rara, porque para facultar que la ausencia de repostajes dé lugar a un espectáculo de mayor calidad, habría que meter mano a toda la normativa, o al menos a una parte sustancial de la misma, lo que me lleva mostrarme receloso ante las noticias que nos advierten de que se está trabajando a buena marcha y con buenos resultados sobre los monoplazas que circularán por los circuitos en apenas cuatro meses, en base no sé a qué argumentos.
Para mí que todavía quedan demasiados cabos sueltos, incluído el asunto de los neumáticos. Toda vez que Bridgestone ha comunicado que no renueva contrato y se retira a finales de 2010, no tengo muy claro que no asistamos un cómodo pasapalabra por parte de la firma japones…
No sé, los flecos por atar o resolver me parecen demasiados como para encarar la temporada próxima con la suficiente alegría, y visto lo visto en años anteriores, no me extrañaría nada que no estuviéramos ante el habitual mucho ruido y pocas nueces con que abrimos cada campeonato desde hace una década.
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