«Casi no podía seguir mirando la carrera, porque parecía que todo el cuerpo se me revolvía cuando veía nuestros coches.» [Soichiro Honda, Watkins Glen (3 de octubre de 1965)].
Si algo me ha molestado del reciente abandono de Honda, ha sido la lamentable sensación que ha transmitido tamaña salida por la puerta de atrás a los nuevos aficionados, e incluso, si me apuráis, a los no tan nuevos, porque nada más lejos de la filosofía inicial de la marca japonesa que tomarse las cosas tan a la ligera como para tirar la toalla sin presentar batalla. Honda se sintió mal viendo a sus coches siendo superados por sus contrincantes en Watkins Glen, y no era para menos, porque la guerra había comenzado y el espectáculo suponía un revés desagradable para las aspiraciones de su equipo, ya que éste luchaba por la victoria y contra el reloj.
Dos años antes, a principios de 1963, la casa nipona había comenzado a desarrollar su primer proyecto de F1 en base a una premisa muy sencilla: vencer en un Grand Prix para ayudar a la implantación comercial de los vehículos de calle deportivos que se estaban produciendo. Pero había un problema, la normativa vigente en aquel momento contemplaba motores de 1.500 c.c. sólo hasta 1966, por lo que Honda disponía únicamente de dos años para lograr la hazaña.
Con el prototipo RA-270 (en alusión a los 270 kilómetros por hora de velocidad punta que conseguía) totalmente terminado a finales de 1963, la escudería decidió estrenarse en el G.P. de Mónaco de 1964, la primera prueba del calendario, con su inmediata evolución, el RA-271, desarrollado a la par que el RA-270, pero planteado directamente para competir.
Ante lo limitado del tiempo disponible y las numerosas dudas que envolvían al proyecto, Honda se centró en la preparación del motor, cediendo a Lotus la elaboración del chasis y la carrocería del monoplaza. Pero contra todo pronóstico, la firma británica dejó en la estacada a la del sol naciente —Jaguar, socia mayoritaria de Clymax Company, obligó a Colin Chapman a romper el acuerdo so pena de ver cancelado el apoyo que recibía en su aventura en resistencia—, lo que llevó a Yoshio Nakamura, director de F1 de la japonesa, a tomar la decisión de apostar por el todo o nada.
Por si había pocos problemas, la escasez de conductores nativos que pudieran hacer frente al desafío era palmaria. Para resolver la situación, Honda se animó a buscar fuera de Japón una cara nueva que estuviera a la altura de las expectativas. El elegido fue el piloto estadounidense Ronnie Bucknam, que aunque había demostrado su valía en carreras locales de la costa oeste norteamericana, carecía, sin embargo, de experiencia alguna en F1.
Bucknam y el RA-271 no pudieron participar en Mónaco, pero se estrenaron finalmente en el viejo circuito de Nürgurgring con sus 22,8 kilómetros de recorrido, y aunque en algunos momentos el monoplaza se mantuvo a la altura de los Ferrari y Lotus, coche y piloto terminaron su común aventura en la vuelta 12 de las 15 previstas, con una salida de pista que acabó en las protecciones. Monza, su segunda participación, y Watkins Glen, su tercera y última de aquel año, también se firmaron con amargos sinsabores.
Agotado 1964, quedaba tan sólo un año para cumplir el cometido autoimpuesto. En 1965, Honda había entendido que además de un piloto rápido el equipo necesitaba de alguien que comprendiera el coche y pudiera transmitir a los mecánicos cualquier cosa que permitiera mejorarlo, y eligieron a otro norteamericano, Richie Ghinter, un hombre que aunque no era especialmente veloz, conocía a la perfección la mecánica y disfrutaba de una abultada experiencia en F1 (Ferrari desde 1960 hasta 1961; y BRM desde 1962 a 1964).
Como primer piloto de la escudería y compartiendo volante con Bucknam, Ghinter disfrutó del RA-272, más potente que su antecesor pero con idéntica cantidad de problemas, lo que originó una desastrosa cadena de fracasos. Pero en el último gran premio de aquel año, con el contador casi agotado pues a partir de la sesión siguiente los motores de 1.500 c.c. pasarían a la historia, sin Soichiro Honda en las gradas, y con Bucknam terminando quinto, el RA-272 de Richie lograba la victoria en el G.P. de México.
Después de abrazarse al piloto americano para festejar la gesta, Nakamura se retiró para enviar un telecable a Tokio en el que transmitía a Soichiro Honda un escueto encadenado de palabras: «¡Veni, vidi, vinci!»
….
Decía al principio que la lamentable sensación que ha transmitido Honda al salir por la puerta de atrás del mundo de la competición, en 2008, no se corresponde con la filosofía que la convirtió en una leyenda, y espero de todo corazón haber ayudado a disipar las dudas.
PD: Esta colaboración se publicó a principios de este año en un blog diferente a Nürburgring, siendo retirado del mismo hace unos meses.
Muchas gracias por recuperarlo para todos nosotros. Es una delicia.
ResponderEliminarAhora está en el lugar donde siempre debía haber estado, donde le corresponde por mérito propio tuyo.
Un besote
La verdad es que nos dejaron con un mal sabor de boca a todos con la retirada. Pasaran muchos años hasta que lo vuelvan a intentar, ojala no sean demasiados...
ResponderEliminarBuenas noches a todos ;)
ResponderEliminarConcha ;) ¡Gracias! Viniendo de una persona como tú que disfruta aprendiendo, como yo, tu comentario resulta doblemente gratificante ;)
Yone ;) Yo soy optimista hasta en esto XDDDDD
Prostvuelve, va la séptima vez que borro tus idioteces, pero me gusta dormir así que tú a lo tuyo, a quemar cajeros, como los buenos defensores de la libertad desde el anonimato (tengo tu IP, así que sé con quien hablo).
Un abrazo a todos menos al último ;)
Jose
El principal problema es que se ha perdido el espíritu que reinaba en aquella época de competir por puro placer. Ahora solo hay intereses comerciales en la mayoría de los casos. Por suerte, Brawn GP no es uno de esos casos; por desgracia, tengo el presentimiento de que el proyecto no va a cuajar a largo plazo, aunque al entrar Mercedes puede cambiar la cosa.
ResponderEliminarAndrés~~
Nunca he entendido a los matones de blog, esos que insultan, ofenden... No entiendo cuál es su diversión ni por qué pierden el tiempo.
ResponderEliminarEn otro blog, hace tiempo, había un matón que me perseguía y me insultaba. El imbécil no se daba cuenta que insultaba a un nick, a una ficción, a un fantasma.
Deben de tener algún tipo de frustración sexual. Pobres.
fantástica historia, y muy bien escrita. realmente pelearse en un blog va a ser declarado patologia psiquiátrica en algún momento, jeje
ResponderEliminarNo lo había dicho, pero muy interesante la historia de Honda.
ResponderEliminarAficionado a las porras y apuestas que soy:
Monza
Apuesto a que Button no puntúa, o puntúa poco. En un circuito tan rápido tendrá grandes dificultades para calentar neumáticos. En el duelo Button-Barrichello apuesto por Barrichello.
El brasileño, no obstante, tampoco estará muy arriba en la parrilla.
Mi apuesta para la parrilla de salida, no necesariamente en éste orden, pero aproximado:
Kimi
Vettel
Webber
Alonso
Hamilton
Barrichello
Fisichella
Rosberg
Kovalainen
Button
Buenas a todos:
ResponderEliminarSe que no tiene nada que ver con el post de Orroe pero os contaré una cosa que hace tiempo que me ronda por el hongo. Tengo claro que Piquet se estrelló "sin querer" aunque pueda darse el caso que alguna circunstancia, broma o algo hay que no está del todo claro porque me parece que hay mucha gente metiendo demasiada baza en ésto, y de esta circunstancia quiero hablar. Me hacen gracia unas declaraciones de Massa dando por cieto el rumor. Yo creo que a dia de hoy hay un interés grande en Brasil de que Alonso no termine en Ferrari por múltiples y evidentes razones. Veremos las siguientes maniobras...
Saludos.
Hombre, lo del ensayo es "curioso":
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Z2hW420zkNg
De todas formas, con el reglamento de la FIA en la mano no creo que puedan hacer nada, aunque ya les conocemos de sobra y no creo que paren hasta joder (con perdón) a Briatore.
Sobre lo de Alonso en Ferrari, el perjudicado yo creo que es Kimi. Felipe es trabajador nato y le puede ayudar mejor con la puesta a punto del coche.
De todas formas, lo que la Scuderia necesita para quitarse de encima la empanada que tiene son cambios en el organigrama, posiblemente empezando por Cordero di Montezemolo. Sin eso, ya pueden ir Alonso, Schumacher, Fangio o Nuvolari que seguirán haciendo ridículos.
Andrés~~
Un poco de historia nunca viene mal.
ResponderEliminarSaludos!!